Billetera mata relato: casi 9 de cada 10 argentinos reclaman sueldos más altos
Una encuesta nacional de la consultora Zuban Córdoba mostró un creciente malestar económico entre los argentinos. A pesar de la baja inflación, el 63,7% afirma tener dificultades para llegar a fin de mes y el 89,3% reclama mejores sueldos. El informe también advierte sobre el deterioro de la imagen de Javier Milei y Luis Caputo, y anticipa un posible voto castigo en las próximas elecciones.
Aunque el discurso oficial celebra la baja sostenida de la inflación, la realidad económica golpea con fuerza. Según una encuesta realizada por Zuban Córdoba sobre 1.400 casos, el 63,7% de los argentinos declara que tiene problemas para llegar a fin de mes y un contundente 89,3% reclama una mejora urgente en los ingresos.
El informe, citado por Noticias Argentinas, marca que el humor social empieza a cambiar. A pesar del relato oficial, la sensación de bienestar no mejora y eso ya impacta en la percepción pública del presidente Javier Milei y su ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo.
Preocupación por el futuro y desconfianza en la gestión
El malestar no se limita al presente. El 50,3% de los encuestados aseguró tener miedo a perder su empleo o ingresos como consecuencia de las actuales políticas económicas. A esto se suma que el 57,4% no confía en que Milei y Caputo tengan "todo bajo control", y el 60% considera que el Gobierno está "profundizando la desigualdad" en el país.
Estas percepciones ponen en jaque al oficialismo, que apuesta su capital político a la estabilidad macroeconómica como eje de gestión. Pero el desfasaje entre los logros financieros y la economía cotidiana de los ciudadanos se vuelve cada vez más evidente.
Elecciones y voto castigo: señales para el Gobierno
El informe también arroja señales preocupantes de cara a las elecciones. El 57,5% tiene una imagen negativa del Presidente, y el 56,8% rechaza las políticas del gobierno actual. Además, el 52,8% adelantó que su intención de voto será "castigar" al oficialismo, mientras que un 50,4% se muestra dispuesto a apoyar un frente opositor común.
Con este panorama, el Gobierno enfrenta el desafío de traducir sus logros macroeconómicos en mejoras reales para la población. De lo contrario, el voto castigo podría volverse una amenaza concreta en las urnas.