Caputo y Quirno ante vencimientos récord: $42 billones a renovar antes del 26 de octubre
Luis Caputo y Pablo Quirno enfrentan un septiembre y octubre decisivos para la economía argentina. Con vencimientos de deuda en pesos que superan los $42 billones, el Gobierno deberá negociar con bancos y sostener altas tasas de interés hasta las elecciones del 26 de octubre. El objetivo oficial es evitar mayores subas y llegar a los comicios con un alivio en la inflación, mientras el FMI sigue de cerca la situación.
El Ministerio de Economía afronta semanas de extrema tensión financiera. Durante septiembre vencen cerca de $24 billones en deuda en pesos, mientras que en octubre el monto asciende a $18 billones. Según el cronograma oficial, las licitaciones serán el 10 y 26 de septiembre y el 15 y 29 de octubre, aunque la última fecha cae después de las elecciones.
De esos compromisos, alrededor de la mitad está en manos de organismos públicos. Sin embargo, la otra parte -unos 9.000 millones de dólares equivalentes en pesos- depende del mercado privado. De no renovarse, podría generar presión sobre el dólar y obligar al Gobierno a inmovilizar más fondos en los bancos.
Tasas altas y riesgo político
El desafío inmediato es sostener la confianza del mercado sin seguir escalando las tasas. En la última licitación, el interés alcanzó el 75%, con un rollover del 114,66%. En Economía aseguran que el objetivo es no convalidar nuevos aumentos y, de ser posible, lograr alguna baja simbólica antes de los comicios.
Sin embargo, la tasa de referencia repercute en la vida cotidiana: los créditos personales y el financiamiento con tarjeta ya superan el 200%. "Ir a votar con tasas de este nivel no ayuda a la popularidad", admiten en los pasillos oficiales.
La apuesta central del oficialismo se concentra en el 14 de octubre, cuando el Indec difundirá la inflación de septiembre. En el Palacio de Hacienda esperan que el índice se ubique por debajo del 1,5%, como gesto de estabilización en medio de la campaña.
El FMI y la espera hasta las elecciones
En Washington, el Fondo Monetario Internacional observa la evolución de los acontecimientos sin emitir presiones públicas. El organismo que conduce Kristalina Georgieva entiende que el futuro del acuerdo vigente depende en gran medida del resultado electoral del 26 de octubre.
Con Argentina como su principal cliente, el FMI apuesta a que la gestión de Javier Milei logre sostener la gobernabilidad y encarar la segunda etapa del programa de Facilidades Extendidas después de los comicios.
Así, septiembre y la primera mitad de octubre se transforman en el verdadero examen político y económico para Caputo y Quirno, en un escenario donde las tasas, la inflación y la confianza de los bancos definirán no solo la campaña, sino también la estabilidad del Gobierno.