¿Cómo el clan Menem volvió al centro del poder político en Argentina?

Originarios de Yabrud, Siria, los Menem llegaron a La Rioja a comienzos del siglo pasado y desde entonces forjaron una historia atravesada por la política. Anillaco se convirtió en el epicentro del apellido gracias a Carlos Saúl Menem, presidente de la Nación durante los noventa, y hoy sus descendientes ocupan lugares estratégicos en el Congreso y en el círculo íntimo del presidente Javier Milei.

Escándalo por audios y la defensa familiar

Los audios filtrados que involucran a Diego Spagnuolo, ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad, salpican a Karina Milei y a Eduardo "Lule" Menem, actual subsecretario de Gestión Institucional y mano derecha de la hermana del presidente. "Es una burda operación política del kirchnerismo", respondió "Lule", negando cualquier coima.

Martín Menem, presidente de la Cámara de Diputados y primo de "Lule", fue categórico: "Pongo las manos en el fuego tanto por Lule Menem como por Karina Milei".

Un apellido que divide dentro de la familia y mantiene peso en La Rioja

El clan se extiende por distintos espacios del poder. Desde Federico Sharif, sobrino de Martín, en la Secretaría Privada de Diputados, hasta Carola Menem, asesora en el Senado. En La Rioja, otros familiares marcan distancia. Alfredo Menem, ministro de Desarrollo Social provincial, aseguró: "Están metidos en todos los hechos de corrupción comprobables del gobierno de Milei". Su hermano Yamil también fue crítico: "El apellido queda avergonzado con lo que sucede. En lo ideológico, estoy en la vereda de enfrente".

A pesar de las diferencias, la presencia menemista sigue firme. Jorge Menem preside el Tribunal de Cuentas, mientras que Amado Menem, sobrino de Carlos Saúl, dirige el PAMI en La Rioja con respaldo del sector oficialista.

El apellido que dominó la política argentina en los noventa hoy vuelve a estar en el centro de la escena, entre la herencia de Anillaco, los cargos nacionales y las internas familiares que muestran que el clan Menem sigue siendo sinónimo de poder y controversia. (Fuente: El Diario Nuevo Día)