Condenada y custodiada: con tobillera y límites para visitas, así será la prisión domiciliaria de Cristina

Cristina Fernández de Kirchner ya cumple prisión domiciliaria en su departamento del barrio porteño de Monserrat, tras la decisión del Tribunal Oral en lo Criminal Federal 2, que desestimó el dictamen de los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola, quienes se oponían al beneficio. La medida fue comunicada por un efectivo policial para evitar que la exmandataria se presentara este miércoles en Comodoro Py, en un intento de desactivar la movilización que preparaba el peronismo.

Pese a ello, La Cámpora mantiene firme la convocatoria en la sede del PJ, con reuniones de último momento entre dirigentes, gremios y legisladores. Si bien evalúan no movilizarse a los tribunales, sí anticipan concentraciones frente al domicilio de la expresidenta y otros puntos neurálgicos de la Ciudad de Buenos Aires. La consigna: rechazar lo que consideran una "proscripción" y disputar las condiciones del arresto.

El dictamen de los fiscales no es vinculante, y por eso el TOCF 2 pudo conceder la domiciliaria. Sin embargo, Luciani y Mola pidieron condiciones estrictas, como el uso de tobillera electrónica, control de visitas y limitaciones a su exposición pública. El tribunal aceptó buena parte de esas recomendaciones: Cristina Kirchner debe presentar en 48 horas una lista de familiares, abogados, médicos y custodios autorizados a verla, además de portar la tobillera.

Uno de los puntos más polémicos es su eventual salida al balcón del departamento, donde la militancia se congrega desde hace días. Aunque los fiscales objetaron ese contacto directo con sus seguidores, el tribunal no lo prohibió expresamente, aunque sí solicitó a la exmandataria "abstenerse de alterar la convivencia del vecindario", en un pedido implícito a no arengar desde allí.

La defensa de Cristina Kirchner justificó la domiciliaria por motivos de seguridad, luego del intento de atentado que sufrió en 2022. No obstante, la Casa Rosada, liderada por Javier Milei, sigue con atención los movimientos en torno al domicilio en San José al 1000. Temen que las manifestaciones deriven en incidentes, por lo que desplegaron un fuerte operativo policial en Comodoro Py y evalúan nuevas medidas si la situación se traslada a otros escenarios como Plaza de Mayo o el Congreso.

En paralelo, desde el Gobierno porteño que encabeza Jorge Macri ya expresaron su preocupación institucional por el lugar de detención. La Procuración General advierte sobre complicaciones en la movilidad urbana, afectación de escuelas cercanas y riesgos en la seguridad de la zona. Si bien Cristina Kirchner no contempla, por ahora, un cambio de domicilio, ya circulan versiones de alternativas en el conurbano bonaerense, como Tigre.

La situación de la expresidenta, lejos de descomprimirse con la prisión domiciliaria, se ha transformado en un nuevo eje de tensión entre la Justicia, el Ejecutivo nacional, el Gobierno porteño y el propio peronismo. Cada tres meses se revisarán las condiciones del arresto, y el peronismo ya anticipa que mantendrá la presión "en la calle" para evitar que se endurezcan.

En ese marco, el kirchnerismo acusa a la Justicia de tratar a Cristina Kirchner como una presa común y teme que otras causas avancen con la velocidad que tuvo la de "Vialidad". La pulseada por las condiciones del arresto y la visibilidad pública de la exmandataria marca el inicio de una etapa política cargada de tensión, en la que las decisiones judiciales y los movimientos en la calle se cruzan a diario.

Con información de iProfesional