Gabriel Rolón presenta su nuevo libro en el que comparte su “fórmula para ser feliz”
“Es preferible una tristeza verdadera a una felicidad tramposa”, afirma el psicoanalista argentino en su nuevo libro, cuyo prólogo puede leerse completo al final de esta nota.
“La vida es un lugar muy difícil y tendemos a idealizar las cosas: el amor, la amistad, la vida misma. No idealicemos también la felicidad. Si tenemos una opción de ser felices, nunca será sin un poco de tristeza, sin un poco de ausencia, sin un poco de dolor, sin algo de soledad y sin faltas. Si alguna felicidad es posible, tenemos que aceptar que será una felicidad imperfecta”, escribe el psicoanalista argentino Gabriel Rolón en su nuevo libro.
El autor de exitosos títulos como El duelo, Encuentros e Historias de diván regresa esta vez con La felicidad (más allá de la ilusión), un libro en el que ahonda en “el arte de escuchar el deseo”.
Para Rolón, no existe una fórmula mágica para ser feliz. No hay consejos simplistas o recetas fáciles ya que “un analista no es un dador de respuestas sino un generador de preguntas”. Pero, de todos modos, ante una propuesta de Andy Kustnetzoff en el programa “Perros de la calle”, en el que participa, Rolón “jugó” a condensar diez ideas para encaminarse hacia la felicidad pero, eso sí, sin idealizarla.
“Este fue el libro que más me costó escribir”, admite en el prólogo, que puede leerse completo a continuación. Con un mapa de lecturas que van de la mitología clásica a Byung-Chul Han, pasando por Freud, Lacan, Borges, Nietzsche, Schopenhauer, Einstein, Alejandro Dolina, Ana Frank, Rolón deja de lado la pregunta “¿cómo ser feliz?” para poner el foco en otra más importante: “¿Qué es la felicidad?”.
Todo comenzó al regreso.
Era de madrugaba. En medio de la niebla con versaba con mi amigo Martín. Era una charla íntima y distendida. Durante muchos kilómetros el amor, la soledad, la esperanza, el dolor y la pasión fueron compañeros de ruta. De pronto me miró y dijo: “Deberías escribir un libro acerca de la felicidad”.
Le respondí que eso era imposible. Un analista está familiarizado con la angustia, con el deseo, pero no con la felicidad. No acordó, aunque renunció al intento de convencerme. Durante unos minutos viajamos en silencio. Pero era tarde. Ya no podía dejar de considerar la idea.
Meses después, en “Perros de la calle”, el programa radial en el que una vez por semana nos entregamos a la libre asociación y al pensamiento, Andy Kustnetzoff, su conductor, me desafió a un juego: al final de mis columnas debía proponer una fórmula para ser feliz.
Me reí. Es claro que para un psicoanalista no existen las recetas ni los consejos. Un analista no es un dador de respuestas sino un generador de preguntas. Pero lanzados al juego tomé el guante y convinimos en poner un límite: diez.
Así fue que, durante diez semanas, dependiendo del tema que se hubiera generado, improvisé algunas ideas.
Gabriel Rolón: "Renunciemos al optimismo y la esperanza, esas cosas engañosas que nos hacen creer que seremos felices. Es preferible una tristeza verdadera a una felicidad tramposa". (Gustavo Gavotti)
Esta es la lista que surgió:
Así nació esta obra.
Fue un camino sinuoso. Una deriva que me llevó del pasado al futuro, del recuerdo emocionado a la reflexión, donde los pensamientos de madrugada y las ocurrencias radiales encontraron un espacio para desarrollarse.
Pensar en la felicidad tal vez sea pensar en un vacío, en un borde, en un espacio intermitente que de pronto se percibe y luego se va, quién sabe adónde. Como el Inconsciente.
Este fue el libro que más me costó escribir. Y confieso que lo termino con una sensación extraña.
Una sensación de faltacidad. (Infobae)