Política

Desafío en el Senado: la resistencia de Villarruel ante el intento de anular el DNU genera tensión política

La negativa de la vicepresidenta Villarruel a debatir el DNU en el Senado despierta tensiones políticas. El bloque kirchnerista busca aliados para sesionar, mientras el oficialismo busca estrategias para frenar la movida.

Redacción Nuevo Día
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Las sesiones extraordinarias en el Senado argentino se acercan a su fin sin lograr sesionar, dejando en evidencia la falta de resultados en el período establecido por el Gobierno por fuera del proceso ordinario. La Ley Ómnibus cayó en Diputados, y ahora la atención se centra en la resistencia de la vicepresidenta Victoria Villarruel a debatir el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) en la Cámara alta.

Villarruel, inicialmente dominante en el recinto, había logrado acuerdos con otros bloques que dejaron en minoría a Unión por la Patria. Sin embargo, la caída de la Ley Ómnibus y los comentarios del presidente Milei contra la oposición y los gobernadores cambiaron la dinámica. Ante un nuevo pedido de sesión para el 15 de febrero, el oficialismo optó por no sesionar, temiendo que el bloque kirchnerista sume voluntades de senadores vinculados a los gobernadores criticados por Milei.

El oficialismo, liderado por Mariano Cúneo Libarona, ministro de Justicia, busca el dictamen del proyecto de ley de lavado de activos antes de marzo, cuando el GAFI evaluará el sistema ALA/CFT/CFP. Ante la resistencia al debate del DNU, se considera convocar a una sesión especial el 23 de febrero para tratar este tema y ganar tiempo en las conversaciones.

Parte de la estrategia del bloque oficialista incluye bloquear la posible intención del bloque kirchnerista de sesionar. Villarruel se reunió con referentes de bloques "dialoguistas" para sondear su posición. La UCR solicitó con urgencia la designación de los integrantes de la Bicameral de DNU, sugiriendo que el DNU sea debatido en ese espacio y allanando el camino para sesionar en la Cámara alta.

La tensión persiste en los senadores que podrían inclinar la votación (3 de Unidad Federal, 2 misioneros, 1 rionegrina y 2 santacruceños). El kirchnerismo, con 33 senadores, necesita sumar cuatro para ganar la votación y revertir el DNU. Villarruel respondió con un video, afirmando que la agenda del Senado ya no la dicta el kirchnerismo y llamando al diálogo y la participación de todos los senadores.

La incertidumbre sobre el futuro del DNU y las estrategias políticas para evitar o permitir su debate marcan el escenario político en el Senado en los próximos días. La resistencia de Villarruel y las movidas estratégicas de los bloques definen un tablero político en constante cambio en la carrera por el control de la agenda legislativa.

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