JUSTICIA

División de bienes sin casarse: qué dice la ley sobre la vivienda y el auto

La unión convivencial permite dividir bienes según acuerdos previos y protege la vivienda familiar si fue registrada.

Redacción Nuevo Día
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Cada vez más parejas en Argentina eligen convivir sin pasar por el Registro Civil. Frente a esa realidad social, el Código Civil y Comercial ofrece una figura legal que brinda derechos y protecciones: la unión convivencial, también conocida como concubinato.

Se trata de una relación afectiva entre dos personas -del mismo o distinto sexo- que viven juntas de manera pública, notoria y estable, compartiendo un proyecto de vida común sin estar casadas.

Desde la reforma del Código en 2015, estas uniones cuentan con un marco legal que garantiza seguridad jurídica a ambas partes, siempre que se cumplan ciertos requisitos:

  • Ambos deben ser mayores de edad.

  • No deben estar unidos por parentesco.

  • Ninguno puede estar casado ni tener otra unión vigente.

  • Debe ser una relación entre dos personas (no se permite la poligamia).

  • La convivencia debe haber durado al menos dos años.

  • Tiene que ser pública y estable.

Aunque no es obligatorio registrar la unión convivencial, hacerlo en el Registro Civil es recomendable: facilita la prueba de la relación y activa protecciones legales, especialmente sobre la vivienda. 

Cómo se dividen la casa, el auto y otros bienes tras la ruptura

A diferencia del matrimonio, donde rige el régimen de bienes gananciales, en la unión convivencial cada persona mantiene la titularidad de los bienes adquiridos a su nombre, salvo que exista un pacto de convivencia.

Los bienes se dividen así:

  • Con pacto previo: Se respetan los términos establecidos en el acuerdo firmado por ambas partes.

  • Sin pacto: Cada uno conserva lo que haya comprado, sin importar si fue durante la convivencia. No hay presunción de bienes comunes.

Esto se aplica tanto a inmuebles (como una casa) como a vehículos (como un auto).

"La ley permite pactos patrimoniales al iniciar la convivencia, y es una herramienta clave para evitar conflictos posteriores", explican desde el ámbito legal.  

La vivienda: protección y derecho de permanencia tras la separación

Uno de los puntos más sensibles tras la ruptura es quién se queda en la vivienda. La ley protege el hogar familiar cuando la unión convivencial fue registrada:

  • No puede venderse, alquilarse ni hipotecarse sin el consentimiento del otro conviviente.

  • Tampoco puede ser embargada por deudas asumidas por uno solo, salvo que hayan sido consentidas por ambos.

Una vez terminada la convivencia, la ley permite que uno de los convivientes permanezca en el hogar, bajo ciertas condiciones:

  1. Si tiene a su cargo hijos menores, con capacidad restringida o con discapacidad.

  2. Si demuestra una necesidad extrema de vivienda y no cuenta con una alternativa inmediata.

En ambos casos, el juez puede otorgar el uso del inmueble, pero por un plazo máximo de dos años desde la finalización de la convivencia.

En caso de alquiler, la persona puede seguir residiendo en la propiedad hasta que venza el contrato, sin importar a nombre de quién esté firmado. 

¿Cómo se tramita una unión convivencial en Argentina?

Si bien no es obligatorio para su reconocimiento, la inscripción formal en el Registro de las Personas otorga ventajas legales importantes. A través de este trámite se pueden:

  • Registrar la unión convivencial.

  • Extinguirla de manera oficial.

  • Incluir pactos de convivencia sobre bienes y cuestiones personales.

También se puede acreditar la existencia de una unión por medios alternativos, como testimonios, fotos, recibos de servicios, cuentas bancarias compartidas o cualquier documento que pruebe la convivencia.(IProfesional)

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