Escándalo en el penal de Bouwer: una presa trans irá a juicio por violar a siete internas y contagiarlas con sífilis

Gabriela Nahir Fernández, quien en 2018 inició su cambio de género y obtuvo el traslado a un pabellón de mujeres en la cárcel de Bouwer, enfrenta ahora una grave acusación por múltiples abusos sexuales. Según la investigación, las agresiones ocurrieron durante su estadía en el establecimiento femenino.

Fernández había ingresado en 2016 a un penal masculino bajo el nombre de Gabriel Fernández y un año más tarde recibió una condena a tres años de prisión por "lesiones leves calificadas y privación ilegítima de la libertad". Tras autopercibirse mujer, fue reconocida judicialmente con su nueva identidad y trasladada a una unidad carcelaria de mujeres.

Abusos reiterados y contagio de ETS

De acuerdo a lo informado por el Ministerio Público Fiscal de Córdoba, Fernández es considerada "probable autora penalmente responsable de abuso sexual simple reiterado en concurso real con abuso sexual gravemente ultrajante continuado en perjuicio de siete internas, calificado por el conocimiento de ser portadora de una enfermedad de transmisión sexual grave".

Los fiscales sostienen que la acusada contagió sífilis a varias de las víctimas. Además, en al menos un episodio habría utilizado un arma en grado de tentativa, lo que agrava aún más la imputación.

Otras imputadas y acusaciones

En la causa también están acusadas Ingrid Roxana Florindo y Rocío Belén Montoya, señaladas como "probables coautoras de abuso sexual con acceso carnal por la introducción de objetos análogos" junto a Fernández.

Uno de los hechos bajo investigación describe que la imputada actuó en compañía de estas dos detenidas para ultrajar a otra interna. La Fiscalía pidió la elevación a juicio, por lo que el caso podría llegar a debate oral en los próximos meses.

La situación genera un fuerte debate en torno a las políticas penitenciarias y el alojamiento de personas trans en unidades de acuerdo a su identidad de género autopercibida.