Ficha Limpia se archivó por un voto: el rol clave de Misiones en la decisión
El proyecto de Ley de Ficha Limpia, que buscaba impedir candidaturas de condenados por corrupción, fue rechazado en el Senado por un solo voto. Dos senadores misioneros, alineados habitualmente con el oficialismo, cambiaron su postura a último momento tras una presunta orden encriptada de Carlos Rovira, líder del Frente Renovador de la Concordia.
Cuando todo indicaba que el proyecto de Ley de Ficha Limpia sería aprobado en la Cámara de Senadores, un giro inesperado lo dejó sin efecto por apenas un voto. La iniciativa, promovida por el PRO y encabezada por Silvia Lospennato, fue rechazada por 36 votos negativos contra 35 afirmativos. La sorpresa fue mayúscula, incluso para la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien no ocultó su asombro durante la sesión.
El proyecto apuntaba a impedir que personas con condenas en segunda instancia pudieran postularse a cargos electivos, lo que hubiese tenido un fuerte impacto en figuras como Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, el revés legislativo estuvo marcado por la decisión de dos senadores misioneros, Carlos Arce y Sonia Rojas Decut, quienes en la previa se habían manifestado a favor, pero finalmente votaron en contra.
Misiones es una de las provincias que mayor coparticipación recibe, y su peso político se concentra en la figura de Carlos Rovira, líder del Frente Renovador de la Concordia. Aunque formalmente no ocupa cargos nacionales, Rovira sigue operando desde las sombras y coordina a sus legisladores con precisión quirúrgica, incluso mediante mensajes encriptados, según confiaron fuentes parlamentarias.
En este contexto, su decisión de retirar el apoyo a Ficha Limpia fue interpretada como una jugada estratégica para preservar alianzas con el oficialismo o, simplemente, para mantener su poder de negociación en un Congreso cada vez más fragmentado. Con apenas seis votos en juego, Rovira vuelve a demostrar que su influencia puede definir el rumbo de leyes clave.
El resultado reaviva las tensiones internas en el Senado y pone en evidencia la fragilidad de los acuerdos legislativos. Mientras tanto, la caída de Ficha Limpia genera lecturas diversas: desde una maniobra para proteger a referentes con causas judiciales, hasta una señal de realineamiento político en tiempos de incertidumbre.