Gobernadores en rebeldía y Milei ausente: la crisis por fondos que crece
La ausencia de Javier Milei en el acto del 9 de julio en Tucumán desató una nueva escalada en la pelea con los gobernadores por la distribución de fondos. Aunque el presidente alegó problemas climáticos, su decisión evitó una foto incómoda, en medio de una creciente rebelión legislativa de las provincias.
En la víspera del Día de la Independencia, el presidente Javier Milei canceló su viaje a Tucumán, donde estaba prevista una vigilia simbólica junto a gobernadores y su gabinete. La justificación oficial fue la intensa niebla que cubrió el AMBA, aunque Aeroparque se encontraba operativo al momento del despegue programado. En realidad, la ausencia presidencial dejó al descubierto el malestar creciente entre el Ejecutivo y las provincias.
Con solo tres mandatarios confirmados -Osvaldo Jaldo (Tucumán), Raúl Jalil (Catamarca) y Carlos Sadir (Jujuy)-, la postal de Milei en Tucumán amenazaba con evidenciar la falta de respaldo político. En ese contexto, la excusa climática evitó una imagen que podría haber reforzado la narrativa de aislamiento del presidente en plena disputa por los fondos coparticipables y los Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
La tensión venía acumulándose desde días atrás. Muchos gobernadores, incluso los considerados "dialoguistas", decidieron no asistir e incluso dejaron de responder llamados. En paralelo, los senadores afines a esas provincias comenzaron a presionar con proyectos que incomodan a la Casa Rosada: desde una ley de recomposición jubilatoria hasta la reforma en la distribución de impuestos a combustibles y ATN.
La posibilidad de una sesión en el Senado para avanzar con estas propuestas puso en alerta al Gobierno nacional. Si bien algunos mandatarios se muestran proclives a apoyar esos proyectos, temen que cualquier señal de desestabilización fiscal impacte negativamente en el mercado y en las negociaciones con el FMI. "El superávit y la baja inflación pesan más que la caja de las provincias", deslizan en voz baja.
Mientras tanto, el clima de confrontación sigue creciendo. La foto que no fue en Tucumán se transformó en símbolo de la distancia entre Nación y provincias, y el 9 de julio dejó más preguntas abiertas que celebraciones. La vigilia por la Independencia se convirtió, finalmente, en otra batalla política sin resolver.