Crece el enfrentamiento entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner por la ofensiva judicial

El presidente y la vicepresidenta no están en el mejor momento de su relación a un año del regreso del peronismo al poder tras la conformación del Frente de Todos junto a Sergio Massa.



El presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner no están en el mejor momento de su relación a un año del regreso del peronismo al poder tras la conformación del Frente de Todos junto a Sergio Massa.



"El secreto de la coalición también es cuidar la susceptibilidad del otro; es cuidar que el otro se sienta parte de la coalición", aseguró Fernández en una extensa entrevista con el medio español El Diario.



No obstante, aclaró que "la toma de decisiones es mía, siempre es mía y en eso no hay dudas: en los aciertos y en los desaciertos. Es mía".



Según ha trascendido, el presidente y su vice llevan un largo tiempo sin hablar cara a cara y sólo lo hacen de manera telefónica o a través de terceros. El mandatario siente la necesidad de salir de "la lógica de Cristina" de la confrontación permanente para avanzar con el diálogo político.



A unos días de cumplirse su primer año de gestión, son varios los temas en los que Fernández se muestra más cercano a Massa que a su vicepresidenta, quien se resguarda en su hijo Máximo Kirchner y en La Cámpora.



Según consigna Clarín, el último cruce entre ambos está vinculado a la designación de Daniel Rafecas en la Procuración, un pliego que ingresó en marzo al Senado pero que lleva 8 meses sin que la Comisión de Acuerdos presidida por la camporista Anabel Fernández Sagasti avance con la audiencia formal. El Gobierno quiere avanzar con el nombramiento de Rafecas, pero Cristina rechaza su candidatura.



La interna afloró con el frustrado intento de expropiar Vicentín y se agravó cuando el Presidente se mostró junto a un grupo de empresarios en el acto por el Día de la Independencia. Luego le seguirían otros cruces entre el Gobierno y el cristinismo como la condena por la violación de los derechos humanos de Venezuela o la usurpación de tierras que la Casa Rosada tardíamente condenó.



En tres oportunidades Cristina Kirchner utilizó Facebook para pronunciarse públicamente y en dos de ellas se despegó de la gestión de Alberto Fernández. 



En la última de ellas, a través de una extensa carta la vicepresidenta habló de "funcionarios o funcionarias que no funcionan" y se mostró muy crítica con la gestión presidencial. Unas semanas después, el presidente le pediría la renuncia a la ministra de Vivienda, María Eugenia Bielsa.



Luego vendrían una serie de medidas de ajuste dispuestas por el ministro de Economía, Martín Guzmán, en un claro mensaje a la misión del FMI que llegaba al país para continuar la ronda de negociaciones.



Se anunció una nueva fórmula para las jubilaciones teniendo en cuenta el incremento de los salarios y la recaudación pero no la inflación. Una política cambiaria administrando la brecha entre el dólar oficial y el blue. Y el fin del IFE y del ATP.



En ese contexto hubo una tercera carta de Cristina, esta vez no en primera persona sino a través de los 39 senadores que le responden en la Cámara Alta, dirigida al FMI y en plena negociación. En la misiva, se cuestionó al Fondo por haberle concedido un stand by, al que califican de ilegal, al gobierno de Mauricio Macri, y le reclama que "se abstenga de exigir o condicionar las políticas económicas de la Argentina para los próximos años". .



"No voy a hacer albertismo. Ni me voy a plantar delante de nadie. Voy a tratar de que esta fuerza política siga funcionando más allá de Cristina, de Alberto y de Massa", anticipó el presidente ayer. 


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