El endeudamiento de las familias y de las empresas argentinas en 2022

El crédito bancario viene reduciéndose sistemáticamente ante la aspiradora de fondos del Tesoro y el Banco Central. Desde la óptica oficial, el nivel de endeudamiento de familias y empresas viene bajando, pero exhibe algunas características preocupantes.

El endeudamiento total de los hogares argentinos con el sistema financiero es actualmente equivalente a 4% del PIB, según los últimos datos del IEF (Índice de Estabilidad Financiera) del Banco Central (BCRA), nivel que resulta relativamente acotado en una comparación histórica, ya que alcanzó casi 7% cuatro años atrás, con respecto a otras economías emergentes y desarrolladas.



Claro que esto da lugar a moderados niveles de carga de intereses de la deuda de las familias (poco más de 10% de la masa salarial anual), lo cual influye en sostener la capacidad de pago de este sector. Estos desarrollos están en línea con los bajos niveles de irregularidad del crédito, moderando esta fuente de vulnerabilidad asociada para las entidades financieras, señala el BCRA en su último IEF.



Si bien este análisis permite contar con una visión amplia sobre el segmento de hogares de la economía, sólo brinda una perspectiva en promedio, por lo que se podría estar perdiendo de vista las heterogeneidades existentes al interior de los distintos estratos de ingresos de los hogares.



Por ello, el BCRA en pos de un diagnóstico más preciso sobre el apalancamiento del sector e intentando captar potenciales fuentes de vulnerabilidad, viene realizando un monitoreo sobre el nivel de endeudamiento relativo de las familias, según los estratos de ingresos.



En este sentido, la entidad analizó la evolución del endeudamiento por estratos de ingresos entre fines del tercer trimestre de 2019 e igual período de 2022, una vez pasada la etapa más aguda del impacto de la pandemia de Covid-19 durante 2020, con posterior recuperación de la economía local.



El BCRA observó que, entre puntas del período, y considerando información de poco más de 5,3 millones de personas empleadas en relación de dependencia que tomaron algún tipo de crédito en el sistema financiero, se verifica, en general (con excepción del primer decil de ingresos, el más bajo) una caída en el ratio de saldo de deuda a remuneraciones.



Este ratio se ubica actualmente en 302% en el segundo decil de ingresos (es decir, el equivalente a 3 ingresos mensuales) por debajo del valor de 4 años atrás, con un sendero decreciente hasta 165% en el décimo decil de mayores ingresos, también levemente menor que en igual mes de 2019.



Alzas y bajas



“Del análisis se desprende que los niveles de irregularidad también se han reducido en los últimos años en todos los estratos de ingresos de las familias (con un nivel máximo de 4,3% en el segundo decil de ingresos y mínimo de 0,9% en el de mayores ingresos), manteniéndose por debajo del ratio de irregularidad de aquellos hogares que, si bien tienen algún tipo de deuda en el sistema, no presentan ingresos en relación de dependencia (alrededor de 6,3 millones de personas, incluyendo personas autónomas y no empleados, con una irregularidad agregada de 5% en el cierre del tercer trimestre de 2022 (menor que en el cierre del tercer trimestre de 2019)”, explica el BCRA en el IEF.



Bajo la óptica del BCRA, de este monitoreo se desprende que las potenciales vulnerabilidades, provenientes de los distintos estratos de ingresos de familias, resulta acotada, si bien debe seguir haciéndose un seguimiento del mismo, incluso considerando otras fuentes de endeudamiento no bancario.



Con relación a la exposición del sistema financiero al sector privado en su conjunto, a fines del tercer trimestre de 2022 continuó en niveles bajos y decrecientes. El crédito al sector privado se ubicó en 28,3% del activo del conjunto de entidades financieras en septiembre, más de 2,5 puntos menos interanuales y por debajo del promedio de las últimas 2 décadas (36,9%). La menor exposición estuvo impulsada mayormente por el segmento de financiamiento en moneda nacional.



Así la exposición del sistema financiero al financiamiento a las familias representó 13,4% del activo a septiembre pasado, lo que implica una caída de más de 1 punto porcentual interanual. Mientras que el crédito a las empresas totalizó 14,9% del activo del sector, cayendo más de 1,2 puntos interanuales.



También se observa que la exposición crediticia del conjunto de entidades se redujo para todos los agrupamientos de sectores económicos, siendo la disminución relativamente mayor en el sector primario y menor en los servicios básicos.



En este marco de una reducida exposición al sector privado, el ratio de irregularidad del crédito a dicho sector continuó evidenciando un paulatino descenso hasta alcanzar 3,1% en septiembre de 2022 para el sistema financiero en su conjunto (-1,9 puntos interanuales). La disminución del indicador se observó tanto en el segmento de créditos a las familias, como en el de financiamiento a las empresas, y en todos los grupos de entidades financieras.



Morosos



Los niveles actuales del indicador de irregularidad del crédito al sector privado se encuentran por debajo de los observados antes del comienzo de la pandemia (el promedio para este indicador fue de 5,4% entre septiembre de 2019 y febrero de 2020), aunque todavía están por encima del momento de mayor estabilidad del ratio de morosidad (1,8%, promedio 2011-2017).



La irregularidad de las financiaciones a las familias se ubicó en 3% de esa cartera en septiembre (-1,8 puntos interanuales), desempeño conducido fundamentalmente por los préstamos prendarios y los personales. Respecto al crédito a empresas, el ratio de irregularidad se redujo 3,1 puntos interanuales hasta alcanzar 3,2%, variación principalmente explicada por el desempeño de empresas del sector de la construcción y de la industria.



Al comparar con el IEF anterior, las empresas cuya actividad principal corresponde a los sectores con mayor peso dentro de la economía redujeron su ratio de irregularidad, en tanto que aquellas asociadas a servicios básicos registraron un aumento del indicador de morosidad.



En línea con la disminución registrada en el ratio de irregularidad, la probabilidad de default estimada (PDE), indicador que brinda información sobre la transición de la clasificación crediticia de las personas deudoras, mostró un descenso en los últimos meses, tanto en el segmento de familias como en empresas, y en ambos casos el nivel actual se ubicó por debajo del promedio histórico.


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