Ley De Etiquetado Frontal

Etiquetado frontal: las reacciones más insólitas por los octógonos

Desde la aplicación de la Ley, las góndolas gritan etiquetas negras con información sobre el contenido de los productos; hay contento y enojo.



Si las frutas tuvieran etiquetado frontal la sandía tendría que decir "exceso de agua" y "falta de sabor". Es un chiste y lo hace Joaquín, un joven de 27 años de Banfield. Revisa alfajores y mientras elige uno se queja de las etiquetas en el packaging. No le encuentra el sentido. "No necesito que me avisen que el dulce de leche tiene azúcar", dice.



Él no es el único molesto con los octógonos negros. Desde que se implementa la Ley de Etiquetado Frontal en Argentina los productos en las góndolas están forradas de advertencias y tiene impacto en los usuarios. Hay voces a favor y en contra. Algunas personas tienen argumentos y otras no, pero no pueden dejar de decir cuánto les molesta el impacto visual de los carteles negros.



En una recorrida por supermercados de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires MDZ Online habló con clientes y les preguntó su opinión acerca de esta ley. Algunos de los que están a favor dijeron "Re sí, porque te permite saber y decidir qué consumís", "Sí, porque las marcas que te dicen cero azúcar ahora quedan expuestas", "Sí, porque es importante saber qué le estás metiendo a tu cuerpo", "Sí, para estar más conscientes".



Julia Cellilo, pediatra, también adhiere a este cambio y explica que ahora "es más fácil explicarle a los pacientes por qué no pueden comer ciertas cosas". En el consultorio ella detecta muchos problemas de obesidad infantil y dice al respecto: "Me pasa mucho que los padres no se dan cuenta qué es saludable y qué no, simplemente si lo compran en dietética piensan que lo es. hay juguitos que parecen saludables, pero tienen exceso de azúcar o, por ejemplo, una barrita de cereal tiene exceso de grasas saturadas y de azúcar. Ahora, con las etiquetas, es más fácil porque con mirar, tenés información".



Del otro lado están los detractores y entre ellos hay matices. "No me cambió en nada", dijo uno. "Es confuso", dijo otro" y "No sirve porque no dejás de comprar por lo que dice", fue la opinión de un tercero. 



Las razones por las que las personas están en contra son múltiples e insólitas, como la de Charly, un diseñador gráfico de 28 años que reclama "que vuelvan las mascotas a los packagings".



La Ley de Etiquetado Frontal



Se sancionó el 26 de octubre de 2021. El 23 de marzo de 2022 se publicó el decreto reglamentario y con el correr de los meses está cada vez más implementada y quedan menos alimentos en góndola sin las advertencias obligatorias. La fecha límite para que todos los productos estén rotulados es mayo de este año.



Por esta Ley, los productos con exceso en grasas, azúcares, sodio y calorías de las grandes empresas deben elaborarse con el sello correspondiente. Hay una excepción y corre para los envases retornables de vidrio cuyo plazo vence en mayo de 2024.



Hay otros indicadores que deben estar presentes en los envases: "Contiene edulcorantes, no recomendable en niños/as" y "Contiene cafeína. Evitar en niños/as".



El criterio de valores máximos permitidos por la Ley de azúcares, grasas saturadas, grasas totales y sodio deben cumplir los límites del Perfil de Nutrientes de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Además, los productos que tengan estos excesos no pueden contener en sus envases personajes infantiles, animaciones, dibujos animados, celebridades, deportistas o mascotas ni estar acompañados por elementos interactivos, obsequios, premios, regalos, accesorios, adhesivos, juegos, descargas digitales o cualquier otro elemento. Tampoco pueden ofrecer la participación o promesa de participación en concursos, juegos, eventos deportivos, musicales, teatrales o culturales, junto a la compra de productos.



 



Monitoreo privado



Según un relevamiento de Shoppapp, "el conocimiento de la ley de etiquetado alcanza a 7 de cada 10 consumidores argentinos, mientras que en diciembre de 2021 alcanzaba a 6 de cada 10. Sumado a este conocimiento algo bajo, sólo el 28% declara conocer bastante o mucho sobre la ley".



Desde la compañía llegaron a la conclusión de que "a pesar de que el conocimiento profundo sobre la ley es bajo, el acuerdo es muy alto: 8 de cada 10 consumidores que conocen la ley, están de acuerdo con ella".



Otro dato relevado respecto a género dice que "las mujeres, los mayores de 30 años y los NSE medios-altos, suelen ser más filosos con la percepción de saludabilidad de las categorías. Y como lo son, suelen tener actitudes más extremas frente a los sellos: son más propensos a abandonar marcas por otras con menos sellos, o a abandonar categorías" mientras que "los hombres, mayores de 50 y NSE medios-bajos, suelen ser más blandos en las percepciones sobre la saludabilidad, y poner más el foco en la indulgencia y el placer. En este sentido, son más propensos a hacer caso omiso a los sellos frente a una góndola con productos sellados, y seguir consumiendo con el placer como foco".


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