Moneda

Mirá cuánto pagan los reducidores de metales por el anillo dorado de la moneda de 2 pesos

La combinación del buen precio de los metales con la elevada inflación impulsó la demanda de monedas para fundición. En las redes se viralizó un video donde un trabajador separa las dos partes de una pieza y afirmó que “vale más por el metal”.

La inflación sigue transformado a las monedas en simples piezas de metal. Esta situación se reflejó en un video viral que muestra una enorme caja llena de monedas de 2 pesos y a alguien con las herramientas necesarias para separar de un golpe el anillo exterior del centro de la pieza metálica.



“Me dicen, ¿por qué comprás las monedas? Mirá...,” promete la voz que se escucha en el video. Luego, pega un mazazo sobre la moneda y separa las dos partes que la componen. “Vale más por el metal que por lo que vale la moneda. El que sabe, sabe”, explica.



También detalla cómo es el negocio: solamente el anillo exterior, de color dorado y que contiene un 92% de cobre, se vende a 12 pesos, 6 veces más de lo que valdría si alguien la usara para hacer un pago.



La combinación del buen precio de los metales con la elevada inflación impulsó la demanda local de reducidores de metales por todo tipo de metales de descarte. Así como en muchos lugares se propagan los robos de cables, para aprovechar el cobre de su interior. También las monedas se transformaron en un negocio de fundición de metales, tal como explica con crudeza el protagonista del video. En el caso particular de las monedas bimetálicas, las de 1 y 2 pesos, su peso y su composición las volvieron aún más valiosas.

Al mismo tiempo, la inflación llevó a que queden prácticamente en desuso. De hecho, el Banco Central hace más de un año que discontinuó por completo la acuñación de monedas, reconociendo que el costo de sus componentes es mucho más alto que el valor que representan en dinero.



Para tener en cuenta



En primer lugar, al igual que los billetes, destruirlas o alterarlas está castigado por el Código Penal, aunque en el Banco Central interpretan que “no es delito la destrucción o fundición de la moneda pública” pues “el tenedor de billetes que los corta o inutiliza sólo se daña a sí mismo”.



En segundo término, a diferencia de los billetes, que una vez vencidos por la inflación son retirados de circulación y “desmonetizados” (dejan de ser considerados dinero), todas las monedas siguen conservando su poder cancelatorio como dinero, aún las de 1 centavo que no se ven en los bolsillos de los argentinos desde hace muchísimos años.


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