Milei pierde un 25% de votos y Kicillof concentra el poder: el futuro de Cristina, en suspenso
Javier Milei enfrenta el golpe de una derrota electoral que lo deja sin reacción y con la necesidad de reformular su plan económico. Axel Kicillof, en cambio, celebra un triunfo que lo coloca como único líder visible, aunque aún debe resolver su relación con Cristina y Máximo Kirchner, quienes se mantienen en silencio.
La derrota electoral sorprendió a La Libertad Avanza, que no esperaba perder el 25% de los votos conseguidos en el ballotage bonaerense. Javier Milei, hasta ahora un outsider sin límites en su discurso y en su estilo, enfrenta un escenario distinto: la necesidad de reformular un plan económico que castigó duramente al electorado que lo apoyó.
El armado provincial libertario quedó golpeado. La omnipresencia de Sebastián Pareja y las decisiones cerradas de Karina Milei dejaron afuera a dirigentes que podrían haber ampliado la propuesta. "Tiene que haber un cambio de raíz. No pueden seguir dándole poder a peronchos disfrazados de libertarios", expresó uno de los referentes marginados.
Kicillof celebra, pero espera definiciones
Mientras tanto, Axel Kicillof festeja una victoria que lo coloca en el centro de la escena. El gobernador bonaerense reunió a dirigentes en la constitución del Movimiento Derecho al Futuro y recibió incluso el apoyo de Sergio Massa. Sin embargo, el triunfo trajo consigo un desafío aún mayor: definir su relación con Cristina y Máximo Kirchner.
El dato que más llamó la atención en las últimas horas fue que ni la ex presidenta ni su hijo se comunicaron con él. Apenas hubo un gesto indirecto: un operador de La Cámpora le alcanzó un pendrive con un discurso grabado de Cristina.
Un tablero político en redefinición
Ambos espacios quedaron sorprendidos por los resultados: unos por la magnitud de la victoria y otros por la contundencia de la derrota. "Habrá que ver cómo siguen ellos... Si se acomodan, bien, pero nunca doblan", señaló uno de los presentes en la foto del festejo de Kicillof.
El gobernador tiene en sus manos todas las cartas. Nunca antes debió tomar una decisión tan trascendente: emanciparse de una parte de sus aliados que siguen reclamando por la libertad de Cristina y condiciones que él ya no parece dispuesto a aceptar. El futuro del peronismo bonaerense, y en buena parte del país, depende de esa definición.