Octubre, la fecha límite de Santiago Caputo para definir su futuro en Casa Rosada
Santiago Caputo, asesor clave de Javier Milei sin cargo formal en Casa Rosada, enfrenta un dilema interno: definir si se queda en el Gobierno o se corre a jugar desde afuera. Octubre aparece como fecha límite, mientras la tensión crece entre "los institucionalizados" y "los rebeldes" dentro de La Libertad Avanza.
Santiago Caputo volvió a cerrar una semana con su estilo característico: moverse en silencio y sembrar dudas. Aunque no tiene un cargo oficial, circula libremente por los pasillos de la Casa Rosada como si lo tuviera. Su influencia no se limita a lo simbólico: controla espacios de poder, ministerios y bloques legislativos. Sin embargo, su malestar con el clima interno lo llevó a poner octubre como fecha límite para decidir si seguirá o no en el Gobierno.
Rebeldes vs. institucionalizados
El dilema central pasa por el futuro de quienes responden a Caputo. Están los "institucionalizados", con cargos oficiales como Agustín Romo (jefe del bloque de diputados bonaerenses), Nahuel Sotelo (secretario de Culto) y Santiago Santurio (diputado nacional). Y están los "rebeldes", libertarios que lo presionan para que juegue desde afuera. Si Caputo se va, quedarán en juego áreas sensibles que hoy dependen de su órbita, como la SIDE, el Ministerio de Salud y ARCA.
Desde el sector cercano a Karina Milei aseguran que la interna "ya no existe" y que Caputo fue desplazado. "Santiago quedó corrido", confió una fuente libertaria, mientras desde el entorno de la secretaria general avanzan sobre funcionarios identificados con él. Incluso circularon rumores de que Sotelo dejaría Cancillería, algo que fue desmentido.
¿Quién controla a los trolls?
En medio de esta interna, el senador Luis Juez lanzó una frase que resuena fuerte: "Si no pueden controlar a un par de tuiteros, no van a poder gestionar el Gobierno". Los rebeldes digitales, como Daniel Parisini (alias GordoDan), marcan agenda en redes sociales aunque insistan en no formar parte de la gestión.
Por su parte, el vocero presidencial Manuel Adorni reconoció la dificultad: "No podemos hacer nada porque no pertenece a la estructura del Gobierno". Esa es la contradicción: Caputo no está en el organigrama, pero maneja resortes clave. Su eventual salida no solo sería un golpe político, sino que también dejaría al descubierto la información sensible que acumuló en estos meses dentro de la gestión.
En este escenario, la pregunta se repite en los pasillos oficiales: ¿Santiago Caputo se va o sigue jugando desde la sombra? La respuesta, al menos por ahora, sigue siendo un misterio.