Tras salir por la pandemia, hay 168 presos con paradero desconocido

Nadie sabe adónde han ido a parar algunos de los detenidos que fueron excarcelados en 2020 como parte de las políticas para prevenir la covid-19 en los centros penitenciarios bonaerenses. Como contraparte, el virus no provocó los problemas que se vieron en otros países. Polémica a la vista.



Numerosos presos accedieron a la prisión domiciliaria el año pasado, cuando diversos organismos internacionales recomendaban evitar el hacinamiento en las cárceles para que no se produjeran allí focos de contagio. A casi un año de aquella situación, hay 168 detenidos cuyo paradero nadie conoce con certeza. 



La historia comenzó así: cuando el 8 de abril un fallo del juez Víctor Violini dio vía libre a las excarcelaciones de detenidos por delitos leves que pertenecieran a los grupos de riesgo, muchos se quejaron por lo que pudiera ocurrir. Y si bien es cierto que en aquel momento la decisión estaba avalada por la opinión de muchos especialistas -los penales bonaerenses tienen hasta un 50% más de población que la recomendada- lo cierto es que con el correr de los meses se relajaron los controles. 



De hecho, los seguimientos han sido tan deficientes que se volvió a saber de algunos de los más de 3000 detenidos beneficiados cuando más tarde cometieron diversos ilícitos.



En mayo de 2020, la Suprema Corte bonaerense restringió los alcances del "fallo Violini" y consideró que era indispensable endurecer los criterios para otorgar domiciliarias. El problema es que para entonces ya se habían otorgado las mencionadas 168 excarcelaciones, y en muchos casos los condenados no tenían pulseras ni tobilleras electrónicas.



Es decir que, técnicamente, no se sabía por dónde andaban. A ellos se les sumarían otros que, más tarde, se aprovecharon de las fallas del sistema para ocultarse de la Ley.



Y el balance tras la primera ola de contagios es variopinto: si bien se mantiene la inquietud sobre esos presos que podrían estar fuera del radar penitenciario, el coronavirus no causó en las cárceles "la masacre" que se avizoraba; a causa, tal vez, del corto promedio de edad de los centros penitenciarios, que ronda los 24 años. 



Entre los presos que fueron excarcelados y volvieron a delinquir, Claudio Nicolás "El Peque" Dahmer (27) merece un capítulo aparte por lo resonante de su caso y por lo ilustrativo de su comportamiento. A poco de salir del penal, Dahmer asaltó junto a varios secuaces al jubilado Jorge Ríos (70), quien fue golpeado y al defenderse mató a uno de los agresores. 



Dahmer debería haber estado tras las rejas: cumplía una condena de 4 años por robo en la Unidad Penitenciaria 42 de Florencio Varela. A poco de salir, volvió a hacer de las suyas.


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