Liberan al repartidor de lácteos acusado de traficar cocaína líquida

El repartidor de La Matanza que en enero pasado fue detenido acusado de haber traficado cocaína líquida a Alemania y que asegura que es inocente y quedó involucrado en la causa porque le robaron la identidad, fue liberado tras un planteo de su defensa, que evitó su extradición al país europeo, informó hoy su abogado.

Se trata de Luis Alberto "Beto" Robledo (38), quien anoche, tras pasar 91 días preso, recuperó su libertad desde el penal de Marcos Paz y fue aplaudido y ovacionado por sus familiares y vecinos cuando arribó a su casa de la localidad de Gregorio de Laferrere.



En un video que se difundió por redes sociales, se pudo ver el abrazo del hombre con sus familiares cuando llegó a la puerta de su domicilio, adornado con globos blancos y celestes y con una pancarta que decía "Libertad ya para Luis Robledo".



Su abogado, Guillermo Baqué, explicó a Télam que la liberación de Robledo, cuya extradición a Alemania era ya inminente, se dio a partir de "un recurso administrativo de reconsideración" que él presentó ante Cancillería.



"Robledo estaba siendo requerido por un delito que no cometió, pero al margen de ello, que es el fondo de la cuestión y ahora no se trató, el tema es que no hay tratado extradición ni pacto de cooperación con Alemania y Argentina no podía dejarlo ir", afirmó el letrado.



"Gracias a Dios el Estado argentino cuidó a su conciudadano", afirmó Baqué, quien además agregó que "el error fue inicial y de los abogados que asesoraron a Robledo de entrada y que le hicieron hacer una manifestación de que estaba de acuerdo en ser trasladado".



La mayor parte de los tres meses en los que estuvo preso, Robledo estuvo alojado en los calabozos de Interpol Argentina, en la sede de la calle Cavia 3.350 de la Policía Federal, en el barrio de Palermo, pero luego fue trasladado al Complejo Penitenciario Federal de Marcos Paz, donde, según contó Baqué, "la pasó mal y tuvo problemas con otros presos".



Robledo figura como imputado de haber vendido y transportado entre mayo y noviembre de 2010 un total de 11 kilos de cocaína líquida desde Argentina y Uruguay hacia las ciudades alemanas de Hamburgo y Lübeck, a través de encomiendas que contenían ropa embebida en esa droga.



El hombre, que hace 20 años trabaja como repartidor de lácteos y no tiene ningún tipo de antecedentes, cree que fue víctima de una "causa armada", un robo de identidad o un error de la justicia alemana.



"Hice todo un descargo de Robledo, con 64 homónimos que hay en el país, dos con antecedentes penales contemporáneamente a los hechos que le endilgan a él, que nunca había salido del país, que no tenía tarjeta de crédito, que no tenía nada y que era un laburante", contó su abogado Baqué al recordar uno de los escritos que presentó en su defensa.



"Beto" fue detenido el 28 de enero por personal de la División Investigación Federal de Fugitivos y Extradiciones del Departamento Interpol, que montó una vigilancia en las inmediaciones del domicilio laboral, ubicado en Albarracín 3.300 de Isidro Casanova, partido de La Matanza.



Los agentes le dijeron que lo buscaban desde el año pasado pero que con la pandemia recién un mes antes habían comenzado las tareas de inteligencia para localizarlo.



El comerciante quedó preso a disposición del Juzgado Federal en lo Criminal y Correccional 2 de Morón, a cargo de Ernesto Rodríguez, quien inició el trámite para la extradición a requerimiento de la justicia alemana, que lo imputa por presunta "violación a la Ley de Estupefacientes".



Su familia visibilizó el caso en redes sociales y medios de comunicación reclamando por su libertad e inocencia.



El 31 de marzo pasado, familiares y amigos de Robledo realizaron un corte en la Autopista Dellepiane y Mozart, en el barrio porteño de Villa Lugano, para exigir la liberación del repartidor.



Los allegados relataron que Robledo vive en Gregorio de Laferrere con sus padres, que tiene dos hijas de 17 y 15 años y un varón de 12, que hace 20 años trabaja repartiendo leche y que puede demostrar que nunca salió del país.



También que no habla otros idiomas, que no sabe mandar mails y que no tiene contactos del calibre como para estar involucrado en una red de narcotráfico, por lo que con esta imputación "le arruinaron la vida". Télam 



/


Esta nota habla de:
Más de Nacionales