Justicia mendocina dicta domiciliaria para el adiestrador Marcos Herrero

La Justicia le ratificó la prisión preventiva, pero le otorgó el beneficio. Deberá pagar una fianza de 150 mil pesos y será monitoreado con una pulsera.

La Justicia le otorgó este viernes la prisión domiciliaria al adiestrador Marcos Darío Herrero, quien se encuentra acusado de plantar pruebas falsas en el caso de Viviana Luna, la mujer que desapareció a fines de 2016.



Fue durante una audiencia en la que se trató la apelación a la prisión preventiva que le había dictado a fines de diciembre la jueza Mariana Gardey, del Juzagdo Penal Colegiado Nº 2.



Ahora, el juez de segunda instancia Gonzalo Guiñazú, del Tribunal Penal Colegiado Nº 1, rechazó el recurso interpuesto por el defensor Mauricio Cardiello y ratificó la medida de coerción, aunque lo dictaminó que podrá cumplirla en modalidad domiciliaria, bajo el pago de una fianza de 150 mil pesos.



Lo llamativo es que el domicilio ofrecido por el representante legal de Herrero, para que permanezca detenido en la provincia, pertenece al hijo de Viviana Luna, Matías Julián, quien para el fiscal de Homicidios Gustavo Pirrello fue víctima de la estafa por la que se encuentra imputado el adiestrador.



Así, en una suerte de Síndrome de Estocolmo, el joven dispuso su vivienda para que Herrero permanezca alojado allí, mientras continúa la instrucción.



Sin embargo, la disposición del magistrado no se hizo efectiva de inmediato, debido a que el Servicio Penitenciario deberá constatar la viabilidad para que Herrero quede detenido allí. Esto, principalmente, debido a que será monitoreado a través de una pulsera electrónica.



En caso de que el lugar quede habilitado para que Herrero cumpla la domiciliaria, será trasladado en los próximos días y desde allí aguardará el juicio oral y público en su contra.



El adiestrador se encuentra imputado por los delitos de falsa denuncia, falso testimonio, encubrimiento, usurpación de títulos y honores y estafa.



El caso



Marcos Herrero fue detenido el pasado 3 de diciembre en su domicilio de Viedma, Río Negro, después de que la Justicia mendocina solicitó su captura.



El ex policía quedó en la mira de los detectives después de los rastrillajes que realizó a fines de setiembre en Potrerillos, contratado por los hijos de Viviana Luna.



En esa oportunidad, Herrero aseguró que había hallado partes de un cráneo y un monedero que contenía un papel con anotaciones. En ese escrito figuraban nombres de diferentes personalidades de la provincia tales como el juez Walter Bento, el empresario asesinado Diego Aliaga y el jefe de la Policía Roberto Munives, entre otros.



Esos elementos fueron sometidos a peritajes y se demostró que los restos óseos pertenecían a un hombre y que habían sido groseramente manipulados por Herrero. De esa forma, quedó en evidencia que había colocado los restos de manera deliberada en ese lugar.



Además, se hizo un cotejo genético con los huesos que fueron hallados por Herrero durante la búsqueda en la que participó en Santa Cruz por la desaparición de otra mujer, Marcela López.



El estudio arrojó que los restos hallados con miles de kilómetros de diferencia pertenecían a la misma persona.



A esto se le sumaron declaraciones testimoniales, escuchas telefónicas y registros fílmicos de los rastrillajes, que empeoraron la situación de Herrero y desembocaron en su imputación y estadía en la cárcel.


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