Ciro Pertossi, el rugbier implicado en el crimen de Fernando, está “desesperado y ansioso” en la cárcel

Los imputados pasan 21 horas encerrados en celdas contiguas. En ellas esperan el juicio oral que se iniciará recién el 2 de enero de 2023.

" Chicos, no se cuenta nada de esto a nadie”. Estas escalofriantes palabras enviaba Ciro Pertossi al grupo de WhatsApp que compartía con sus amigos, tras el brutal ataque a Fernando Báez Sosa. Aquella madrugada del 18 de enero del 2020 el joven buscó reunir con rapidez a quienes protagonizaron el crimen en la casa que alquilaban en Villa Gesell.



A las 4.56, 12 minutos después de la golpiza, su desesperación lo llevó a enviar su ubicación geográfica: Pertossi necesitaba que fueran a su encuentro. Recién a las 5 de la mañana le pidió a Máximo Thomsen que se dirigiera a la propiedad.



Pertossi, que el próximo 8 de mayo cumplirá 22 años, supo apenas un instante después del fallecimiento de Fernando que la situación era mucho más grave de lo que su grupo la percibía. A las 10.38, luego de dormir unas horas, fue el primero en avisar que la Policía estaba en la puerta de la casa, detalló TN.



Tras reunir las pruebas y analizar los videos que registraron lo sucedido aquella noche, la fiscal Verónica Zamboni lo imputó -al igual que Thomsen- como coautor del homicidio de Báez Sosa. A Pertossi las propias imágenes lo exhiben pegándole a Fernando, ya desvanecido, una última patada en la cabeza. También fue el primero en acelerar el paso y escapar.



Por estos días su preocupación es la misma que la de Thomsen: no recibir una pena más alta que la de sus amigos. A pesar de compartir el mismo espacio de detención junto a su hermano Luciano y su primo Lucas, desde la Alcaidía N°3 Melchor Romero de La Plata relataron que “se exhibe desesperado y ansioso” en vistas al juicio oral que comenzará el próximo año.



Cuál es la situación de Máximo Thomsen, el rugbier que le dio el golpe final a Fernando Báez Sosa



Thomsen y Pertossi están específicamente imputados como coautor del delito de “homicidio agravado por alevosía y por el concurso premeditado de dos o más personas”. También lo están Luciano Pertossi, Lucas Pertossi, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Blas Cinalli y Ayrton Viollaz, considerados partícipes necesarios.



En el caso de Ciro, hijo de una docente y un jefe de la automotriz Toyota, la fiscal Zamboni concluyó en que “fue uno de los agresores directos de Fernando, que provocara su posterior deceso”.



En el requerimiento a juicio que hizo la titular de la Unidad Funcional de Instrucción N°6 de Villa Gesell en noviembre de 2020, finalmente elevado por el juez de Garantías David Mancinelli, se lo señala a Pertossi como “el sujeto que le pegó a Fernando cuando ya estaba en el piso, en su cabeza, cara y pecho”.



La autopsia realizada el 18 de enero de aquel año a las 12 del mediodía afirma que el shock neurogénico que produjo el paro cardiorrespiratorio que originó el deceso fue producto de los golpes que Fernando Báez Sosa recibió en su cabeza.



La prueba a la que se aferran Thomsen y  Pertossi



Hoy, luego de que se cumplieran dos años del asesinato de Báez Sosa, la prueba a la que se aferra la defensa -principalmente Pertossi y Thomsen- es la declaración de Diego Duarte, traumatólogo del Cuerpo Médico de la Policía Científica de Pinamar, quien redactó la autopsia.



La autopsia realizada el 18 de enero de aquel año a las 12 del mediodía afirma que el shock neurogénico que produjo el paro cardiorrespiratorio que originó el deceso fue producto de los golpes que Fernando Báez Sosa recibió en su cabeza.



La defensa de los ocho acusados -especialmente en el caso de los dos jóvenes más comprometidos con el hecho- buscará remarcar durante el juicio lo que Duarte afirma en su presentación: “No se puede determinar cuál de todos los golpes y lesiones que describí en dicha zona fue el que le ocasionó el deceso”. El especialista forense especificó: “Todo el cuadro que presentaba culminó en el fallecimiento”.



LA SITUACIÓN DE LOS RUGBIERS EN LA CÁRCEL



“Están todos en la misma, no hay uno por sobre el resto. No existe un ‘cabecilla’ como se dice en la jerga carcelaria. Se los ve como a un grupo de amigos que se mueven en bloque. Están juntos, dialogan despacio y gesticulan poco”, reveló a TN una fuente oficial.



Los ocho permanecen ubicados de a dos en cuatro celdas contiguas y pasan 21 horas encerrados en ellas. “Salen únicamente para ver el sol”, reveló una fuente judicial a este medio luego de que se conociera que el juicio oral se iniciará el 2 de enero de 2023.



 



Los Andes


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