Condenaron a perpetua a una mujer que mató a su esposo de un balazo en la cara

El hecho se produjo en 2019, cuando la mujer afirmó a la policía que delincuentes ingresaron al domicilio. Al descartar esa teoría, la imputada reconoció el crimen, pero se justificó al decir que existía violencia de género.



Una mujer que denunció sufrir violencia de género fue declarada culpable del homicidio de su esposo, un empresario rural. El crimen se produjo en agosto de 2019, cuando recibió un tiro en la cara mientras estaba en su casa de la localidad bonaerense de Open Door.



La decisión unánime de un jurado popular integrado por 12 personas recayó sobre Gabriela Moreira (42), a quien le atribuyeron el delito de "homicidio doblemente agravado por el vínculo y por alevosía", en perjuicio de Rolando Josué Nusbaum (67), por lo que la única pena posible es la de prisión perpetua. Fuentes judiciales informaron que la jueza Patricia Guerrieri, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Mercedes, pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo viernes 4 de noviembre, cuando se realice la audiencia de cesura en la que fijará la pena.



Por su parte, el fiscal Guillermo Lennard había solicitado en su alegato que el caso sea encuadrado como un crimen con "alevosía", a lo cual adhirieron los abogados Sergio Dubove y Germán Camps, representantes de la hija de Nusbaum de su primer matrimonio.



En tanto, los abogados defensores Leonardo Sigal y Pablo Becerra habían requerido que la mujer sea declarada "no culpable" y, en caso contrario, que la calificación legal fuera "homicidio calificado mediante circunstancias extraordinarias de atenuación" u "homicidio culposo". Es que la defensa sostuvo que la acusada era "víctima de violencia de género", lo cual fue descartado por el jurado.



La fiscalía determinó que el hombre, quien era administrador de un coto de caza en La Pampa, murió de un único disparo de arma de fuego efectuado "a corta distancia" sobre su pómulo derecho, cuando estaba acostado y tapado con sábanas en su cama, mientras dormía. En un primer momento, Moreira relató a la Policía que cuatro delincuentes habían ingresado en su casa, en el lote 124 del club de campo "La Ranita" de Open Door, partido de Luján, los despertaron, los sacaron de la cama y los obligaron a recorrer distintos ambientes en busca de dinero y elementos de valor.



En ese contexto, la mujer contó que los delincuentes se llevaron 30.000 dólares, dos celulares, elementos de valor como cuchillería y varias armas de fuego, algunas de éstas largas, por la actividad de caza de su marido. Además, dijo que mientras estaba en la planta baja recorriendo los ambientes con uno de los asaltantes, escuchó la detonación de un arma de fuego, pero no pudo ver qué sucedió.



Sin embargo, el abogado Sigal, había dicho que que cuando la fiscalía de instrucción elevó la causa a juicio como presunta "encubridora", ella asumió haber cometido el hecho en "contexto de violencia de género". En cambio, el abogado Dubove negó que durante la relación haya habido algún tipo de episodio violento.



"En todo el historial de la relación no había una sola denuncia, en un juicio de divorcio que ella había iniciado un tiempo antes no hizo ninguna referencia a una situación de violencia y tampoco en sus declaraciones, tanto en la etapa de instrucción como en la oral", destacó el letrado.



El hecho ocurrió el 12 de agosto de 2019 en una casa de "La Ranita", donde estaba el matrimonio y sus dos hijos, un adolescente de por entonces 16 años y una niña de 9, que dormían en la planta alta y no llegaron a escuchar nada. Tras el homicidio, la mujer intentó simular un robo y en un campo descartó la pistola que nunca fue hallada junto a los celulares, pero desde un principio la fiscalía descreyó de esa versión y ella misma terminó por admitir la autoría, aunque en una situación de agresión.



El abogado Dubove aseguró que el fallecido "estaba durmiendo, ella se despertó y le pegó un tiro en la cabeza, tan simple como eso".


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