Mató a una pareja a palazos, enterró los cuerpos, le dieron perpetua pero, 20 años después, quedó libre

Juan Carlos Otubello (53) estaba privado de su libertad desde 2004 tras cometer un doble crimen. Los informes penitenciarios arrojaron resultados positivos y tras dos décadas de encierro consiguió la libertad condicional.

"Estoy arrepentido de las cosas que hice", dijo Juan Carlos Otubello, a sus 53 años, más de dos décadas después de haber cometido un doble crimen en Las Heras, Mendoza, por el que fue condenado a prisión perpetua. La frase la pronunció en una audiencia que se llevó a cabo esta semana donde el hombre recuperó su libertad.



No son muchos los casos de personas condenadas a prisión perpetua que logran salir de la penitenciaría. Difícil era pensar que el de Otubello iba a ser uno de ellos, luego de que asesinó a una pareja a palazos para robarles una suma ínfima de dinero y los enterró a tres metros de profundidad en el patio de su vivienda.



El hecho de sangre ocurrió a mediados de 2002, dos años antes de que se modificara el artículo del Código Penal que estiró de 20 a 35 años el plazo para que un condenado a prisión perpetua pueda solicitar la libertad condicional.



Juan Carlos Otubello y Miguel Ángel Cuello, conocido como Pelusa, tenían el dato de que una pareja amiga tenía una suma de dinero que pensaba invertir en los próximos días en la compra de mercadería. El 10 de octubre de ese año se reunieron en un domicilio con las víctimas, Daniel Gallardo y Sandra Quiroga.



En medio de la juntada, de forma intempestiva, Otubello le dio un palazo en la nuca a ambas víctimas. Les quitó la vida en el acto. Luego arrojaron los cuerpos a un pozo de 3 metros de profundidad que habían cavado días atrás.



Con el camino libre se llevaron un reloj, una billetera con 72 pesos -un monto que actualizado a este momento no supera los $10 mil-, dos teléfonos y un auto Renault 19. Este último lo ofrecieron como permuta en una concesionaria para comprar una camioneta utilitaria, mientras que los celulares fueron vendidos en una local de la galería Tonsa. La Policía demoró casi un mes en encontrar los cadáveres de Gallardo y Quiroga.



Pese a que intentaron echarse la culpa del hecho mutuamente, Otubello y Cuello fueron condenados en 2004 a prisión perpetua por dos hechos de homicidio criminis causa.



Pasaron 20 años, 2 meses y 16 días para que Otubello consiga la libertad condicional. En ese lapso de tiempo formó una nueva pareja y hasta tuvo tres hijos, con quienes ahora convivirá en un barrio ubicado en Guaymallén. El comportamiento del hombre ha sido intachable durante sus dos décadas de encierro. De hecho hace cuatro años aproximadamente consiguió el beneficio de las salidas transitorias, que eran de 24 horas cada 14 días.



En la audiencia de libertad condicional, el juez Sebastián Sarmiento impuso ciertas normas de conducta que Otubello deberá respetar durante un lapso de 5 años para no volver al penal. No podrá salir del país, si quiere salir de Mendoza deberá recibir una autorización judicial, no podrá consumir alcohol ni drogas, deberá acreditar cuál será su medio de vida, deberá finalizar sus estudios secundarios y no deberá volver a cometer nuevos delitos.


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