Presentaron un proyecto de ley en el Congreso Nacional para prohibir el uso del lenguaje inclusivo en el Gobierno y las escuelas

La iniciativa llegó a la Cámara de Diputados por las abogadas Cynthia Ginni y Patricia Paternesi. Cuenta con una nota de adhesión del constitucionalista Félix Lonigro. el objetivo es implementarlo en los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial.

En nuestro pai´s cada vez es ma´s comu´n escuchar y leer en documentos oficiales la duplicacio´n de las palabras para hacer lugar a una supuesta inclusio´n a partir del lenguaje. Se han modificado desde reglamentos internos de la Cámara de Diputados de distintos distritos hasta escuchado discursos de altos funcionarios diciendo palabras como “jóvenas”, “estudiantas”, “albañilas” y otras palabras que hace no hacen otra cosa más que deformar y desconceptualizar el lenguaje e introducir palabras que ni siquiera constan en los diccionarios de la lengua española.



En este contexto, las abogadas Cynthia Ginni y Patricia Paternesi presentaron un proyecto de ley ante la Cámara de Diputados para prohibir el uso del lenguaje inclusivo de los tres poderes del Estado; el cual cuenta con una carta de adhesión del constitucionalista Félix Lonigro.



“Prohi´base el uso en documentos y actos oficiales y en establecimientos educativos del comu´nmente denominado “lenguaje inclusivo”, en cualquiera de sus formas (“x”, “e”, “@”, etc.), empleadas para reemplazar el uso del masculino cuando es utilizado en un sentido gene´rico, asi´ como de cualquier otra forma diferente a la lengua oficial adoptada por la Repu´blica Argentina”, sostiene el artículo 1 de la propuesta.



La iniciativa, que apunta a evitar “alteraciones gramaticales y fonéticas que desnaturalicen el lenguaje”, obedece a la necesidad de eliminar -de acuerdo a lo planteado por sus autoras- “los obstáculos que en materia de lectoescritura se manifiestan por el uso del mismo”.



Ellas consideran que los niños van formando su lenguaje los primeros años de su vida y que “su mala utilización podría no sólo obstaculizar la lectoescritura y su comprensión, sino también significar una barrera para aquéllos que tienen más dificultades”.



Al exponer sus fundamentos recordaron un significativo hecho ocurrido en España, a principios de 2020, cuando Real Academia Española elaboró un Informe sobre el lenguaje inclusivo a raíz de una petición de la vicepresidente del gobierno español, que pretendía modificar el texto de la vieja Constitución de 1978 por considerarla “machista”.



 



Ellas están convencidas de que no es cierto que el uso del masculino en el idioma español excluya a lo femenino, sin todo lo contrario: “Siempre ha tenido carácter inclusivo. La torpeza del desdoblamiento por sexos, tal como reclaman los transgresores, no implica visibilizar sino romper con la igualdad y la inclusión, acentuando la diferencia a través de la separación y quebrantando el sentido de equidad de las expresiones definidas de persona, construidas en masculino singular”.



Ginni y Patricia Paternesi dice que los desdoblamientos tienen, además, una desventaja: saturan la estética del discurso con paráfrasis y repeticiones innecesarias a cada momento (“los diputados y las diputadas”, “los ciudadanos y las ciudadanas”, “los trabajadores y las trabajadoras”, “los médicos y las médicas”, “los científicos y las científicas”, etc.), y van en desmedro de una comunicación inteligible.



Por lo tanto, no aconsejan en la redacción de las normas los desdoblamientos ni las fórmulas neutras. “Todas implican redundancias o deforman los vocablos de tal manera que pueden alterar y debilitar su valor jurídico y social”, argumentan.



A raíz de lo expuesto creen que en Argentina debe seguir la senda trazada por Francia, que prohibió el lenguaje inclusivo; como también de Chile y Perú, que ya cuentan con iniciativas similares en sus Congresos.



Fuente: Infobae 


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