Los tres frentes que debilitan la principal ambición de Máximo Kirchner

El diputado nacional ha quedado golpeado luego del contundente revés que el Frente de Todos sufrió en las urnas el 12 de septiembre. Sus detractores intentan debilitarlo y el hijo de Cristina Kirchner se defiende para no perder el terreno que ganó estos dos años.



Desde que el Frente de Todos se convirtió en gobierno el diputado nacional Máximo Kirchner no dejó de aumentar su poder. Paso a paso fue avanzando sobre el territorio bonaerense a pesar de la resistencia de algunos intendentes y comenzó a tomar decisiones en materia económica. También hubo roces con algunos dirigentes gremiales pero hábilmente logró imponer sus pretensiones. Sin embargo, la derrota del domingo 12 de septiembre lo ha dejado debilitado y ahora hace esfuerzos para no perder el terreno que había ganado.



La relación entre Máximo Kirchner y la CGT no es óptima. En las últimas semanas corrieron rumores que daban a Máximo Kirchner como ministro de Trabajo y esto generó la inmediata preocupación de algunos popes sindicales. Sin embargo, el revés electoral dejaron truncas esas versiones y reina una suerte de tregua que no está libre de desconfianza.



Algunos dirigentes sindicales que mantienen una buena relación con La Cámpora han mantenido conversaciones con el legislador kirchnerista para evitar que escale el clima de pelea.



Pero sin lugar a dudas el ámbito donde más se juega Máximo Kirchner es en el poder territorial que intentó construir en el conurbano bonaerense. El jenga sobre el cual el diputado nacional armó su estrategia para presidir el PJ bonaerense generó enemistades que se mantuvieron subfluviales antes de la elección. Pero el pase de factura por la derrota amenaza con debilitar el plan del líder de La Cámpora.



Algunos Barones del conurbano coquetean con la idea de soltarle la mano al kirchnerismo entendiendo que son los responsables del fracaso en las urnas. En el kirchnerismo lo saben y en parte a eso responden los cambios en el gabinete de Axel Kicillof. Específicamente, intentan darle poder a los territoriales.



"Es mucho más importante la presencia de Insaurralde en el Gabinete de Kicillof que la de Manzur en el Gabinete de Alberto Fernández. Primero, porque el Gabinete de Kicillof es el de Cristina. Ahí no hay la diferencia que hay con Alberto. Kicillof es un producto 100 por ciento de Cristina. De una Cristina que con su hijo Máximo Kirchner va a la conquista final de la provincia de Buenos Aires y encuentra un límite", señala el periodista Carlos Pagni en su última columna. Ese límite es el peronismo y los intendentes.



En concreto, la intervención del Gabinete de Kicillof con el desembarco de los intendentes Martín Insaurralde y Leonardo Nardini, lo va a limitar y ya muchos piensan que no va a tener chances de reelegir en la provincia de Buenos Aires. En cuanto a la proyección de Máximo Kirchner se ve en jaque por son pocos los intendentes realmente alienados al jefe de La Cámpora: Mayra Mendoza de Quilmes, Juan Ustarroz de Mercedes, Mario Secco (Ensenada) y Jorge Ferraresi que sigue controlando el municipio de Avellaneda. 



Por último, Máximo Kirchner se juega otro partido importante en el Gabinete económico. El kirchnerismo duro ha dejado claras sus críticas a la gestión que viene llevando adelante Martín Guzmán, a pesar de que Cristina Fernández de Kirchner lo "ratificó" en el cargo. El interés de Máximo Kirchner en materia económica se ha dejado ver en leyes con el Aporte Solidario a las Grandes Fortunas o el límite a la exportación de carnes, entre otros.



Ahora el hijo de Cristina Fernández de Kirchner será el encargado de revisar el proyecto de ley de presupuesto junto al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa. Ambos se reunirán con el ministro de Economía, Martín Guzmán, para definir los tiempos del debate, aunque todo indica que la sanción definitiva de la iniciativa se postergaría para después de las elecciones legislativas. A pesar del principio de acuerdo que existiría entre Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner para mantener el equilibrio y mejorar el resultado electoral, es una incógnita lo que puede llegar a ocurrir después del 14 de noviembre.



La visión del kirchnerismo duro y la estrategia económica de Martín Guzmán no parecen compatibles y esto anticipa nuevos cortocircuitos en el corto plazo. 



 



mdz


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