¿Cómo es la nueva vida de Lázaro Báez en su detención domiciliaria?

El empresario K tiene detención domiciliaria en una casa con pileta y parque con nueva novia y reencuentro familiar, la nueva vida de Lázaro Báez en su prisión VIP. Se reencontró con sus hijos y prepara la apelación de su condena.

Casi como una actividad diaria, aprovecha el aire libre, el jardín con el que cuenta en la propiedad prestada pese a ser dueño de 1.420 bienes, Lázaro Báez destina varias horas a regar, resembrar, a cortar el pasto. Quedaron atrás sus años de empresario de la construcción y de recorrer obradores, o los cuantiosos campos que compró con, según la justicia, dinero de la corrupción. Está fuera de la cárcel, pero con tobillera electrónica y custodiado las 24 horas. Se siente preso. Aguarda la revisión de su condena y la resolución de un divorcio polémico como millonario.

Lázaro Báez sigue siendo millonario, pero su fortuna una que al tipo de cambio de 2016 ascendía a 205 millones de dólares (3.058.871.300 pesos), está cautelada por la justicia. Lo acusaron hace casi un año de haber lavado 55 millones de dólares en tan sólo tres años. En ese mismo período hizo una compra compulsiva de bienes muebles e inmuebles: 1.420 distribuidos en ocho provincias. Aún le pertenecen, pero no dispone de ellos.

Después de cuatro años y seis meses -1.610 días- en prisión, Lázaro Báez dejó la celda 8 del Pabellón 6, donde había ingresado en abril de 2016. Esto ocurrió en septiembre de 2020 cuando el Tribunal que lo condenó, le concedió el arresto domiciliario.

No fue tan sencillo implementar la morigeración de su arresto, demandó casi 72 horas las que el empresario K esperó en la cárcel hasta que la Justicia resolviese su situación: los vecinos del barrio privado Ayres del Pilar no querían que se aloje en la propiedad que tiene allí, valuada en 500.000 dólares.

Por correo electrónico, los jueces recibieron por parte de la defensa un nuevo domicilio para que el empresario patagónico pueda comenzar a cumplir la morigeración de su detención fuera del penal de Ezeiza. En ese e-mail, los abogados de Báez adjuntaron fotografías del informe de dominio, junto a una copia digitalizada de una escritura pública vinculadas con la propiedad en cuestión.

Allí fue trasladado bajo extremos recaudos y un exhaustivo dispositivo de seguridad. Todo fue en total reserva. Ese domicilio permanece bajo ese carácter hasta el día de hoy. Una casa ubicada en el Gran Buenos Aires, zona sur, en un barrio semiprivado. No paga alquiler, fue un préstamos que le hicieron.

En esa propiedad de dos plantas, un jardín con piscina, un amplio y luminoso living - comedor, permanece el ex socio comercial de Cristina Kirchner. La mayor parte del tiempo, mientras las fuerzas federales custodian la puerta de acceso las 24 horas, lo comparte en estas instalaciones con su novia Claudia, con quien entabló relación cuando aún permanecía en el Penal de Ezeiza.

Es la persona que más lo acompaña, junto a sus hijos pequeños, una convivencia a la que estaba desacostubrado el dueño del Grupo Austral, no sólo porque sus hijos ya son todos adultos, sino porque transitó los últimos seis años durmiendo en una celda de 3 por 3,5 metros, en absoluta soledad.

Quienes conocieron de cerca la transición de dejar aquellas condiciones para adaptarse al arresto domiciliario, aseguran que no fue sencillo. Las primeras semanas le costó conciliar el sueño, no toleraba demasiado la compañía en general y pidió que las visitas sean más esporádicas hasta que pudo darle mayor cotidianidad.



La obsesión con la causa

Hay una fecha en el calendario de Báez: el 26 de mayo. Ese día la defensa expondrá ante la Cámara de Casación los argumentos de su apelación al fallo a la sentencia acusatoria que en febrero del año pasado dictó el Tribunal Oral Federal 4 (TOF 4). Comenzará así el proceso de revisión del fallo que le concedió doce años de prisión.

El expediente, los fundamentos de la sentencia, son repasados de manera constante. Cuando inició su arresto domiciliario solicitó una computadora, desde allí repasa de manera constante los argumentos utilizados por los jueces para encontrarlo responsable de las operaciones de blanqueo.

"Con la persona que más se comunica es con su abogado (Juan) Villalba, con él habla todo el tiempo y sobre todo del expediente", contaron a Clarín fuentes allegadas al empresario K. No sólo sigue de cerca lo que va ocurriendo con la Ruta del Dinero K, ya que hay algunas partes en instrucción aún, sino que también relee asiduamente las declaraciones de los testigos en el juicio de la presunta corrupción en la obra pública, donde está acusada la vicepresidenta y una veintena de personas más.



El divorcio polémico

Durante su estadía en el penitenciario de Ezeiza, las internas y acusaciones cruzadas fueron el sello distintivo del clan Báez. Sin embargo, previo a iniciar su arresto domiciliario el empresario logró recomponer la relación con todos su hijos, condenados igual que él por lavado de dinero.

Las comunicaciones telefónicas a Río Gallegos son constantes, allí están sus cuatro herederos: Martín (bajo arresto domiciliario y con una condena a nueve años), Luciana y Melina quienes recibieron una acusación de tres años de prisión en suspenso y Leandro, el más chico de todos y el que más públicamente mostró las diferencias con su padre. Para él la sentencia fue de cinco años.

Según relataron allegados al círculo familiar, Báez se comunica con mayor frecuencia con sus hijos, y reitera un pedido: que dejen las diferencias de lado, para que ello además, beneficie a una estrategia conjunta de cara a la etapa que les espera en la Cámara de Casación.

La comunicación no es tan fluida ni amena con Norma Calismonte, su ex esposa y madre de sus cuatro hijos. La última conversación telefónica fue para año nuevo, después los mensajes fueron por intermedio de los respectivos abogados.

Lázaro Báez quiere convencer a su ex esposa de que el acuerdo que firmaron que incluye la división de 85 propiedades por $ 1.600 millones (según la tasación realizada en 2016), es beneficioso para ella.

¿Qué acordaron? Que las propiedades en partes iguales, más las acciones de 22 compañías, serían heredadas una vez homologado el acuerdo, a los cuatro hijos y Norma Calismonte como Lázaro conservarían el usufructo. Fue firmado en común acuerdo, pero meses después comenzaron las dudas.

Calismonte radicó una denuncia contra Elizabeth Gassaro y su hermano, abogados de Báez, señalando que buscaron perjudicarla con una espuria administración de los bienes, y que como consecuencia directa, ella estaba percibiendo menos dinero del que le corresponde.

El empresario K volvió a reiterarle que le va a dar todo lo que le corresponde. Ella ahora no quiere que ese acuerdo se homologue y quiere una revisión del patrimonio de la abogada de Lázaro Báez, como también de los bienes incluidos en la división.

La discusión sobre la fortuna del ex socio de Cristina Kirchner, se volvió así, un dolor de cabeza para el empresario que pidió que los trámites se aceleren para poner punto final al tema. A 3.000 kilómetros su ex esposa aún está dispuesta a librar batalla al respecto, con una marcada aclaración: "No quiere nada para ella, sino garantizar lo que corresponde para sus hijos".



La rutina bajo arresto

Las únicas posibilidades con las que cuenta Báez son la del desplazamiento dentro de la propiedad donde cumple el arresto domiciliario. Traspasar la puerta de acceso principal, poniendo un pie en la vereda, despertaría las alarmas del dispositivo de seguridad que lo monitorea.



El jardín es el lugar que elige por excelencia. Dedica gran parte de sus horas al riego, a resembrar, a cortar el césped, a estar lo que más pueda al aire libre, "se aburre un poco, siendo que era una persona que recorría las obras, los obradores, los campos", cuentan desde su entorno.

La lectura de libros alternada con los expedientes judiciales, ocupan parte de las horas de su día. Añora volver al sur, pero sabe que es una posibilidad que aún está lejana. En abril de 2016 despegó en su avión privado desde Río Gallegos y ya no regreso, aquel día quedó detenido por orden del juez Sebastián Casanello.

Lázaro Báez no está en prisión, pero da la sensación que aún se siente preso. (Clarín)


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