Para bajar de peso: qué es la tirzepatida, cómo actúa en el organismo y cuál es el costo mensual del tratamiento en Argentina

  La llegada de la tirzepatida a la Argentina marca un nuevo avance en el tratamiento de la obesidad, una enfermedad crónica que afecta a más de seis de cada diez adultos en el país. El medicamento, comercializado bajo el nombre Mounjaro, fue presentado oficialmente como una opción inyectable de aplicación semanal que combina dos mecanismos hormonales para lograr una reducción significativa del peso corporal.  

A diferencia de otros fármacos disponibles, la tirzepatida actúa de manera simultánea sobre dos hormonas que el cuerpo produce de forma natural: el GLP-1 y el GIP. El GLP-1 disminuye el apetito, incrementa la sensación de saciedad, enlentece el vaciamiento gástrico y mejora la secreción de insulina. El GIP, en tanto, actúa sobre el tejido adiposo y la eficiencia energética, potenciando la pérdida de peso cuando se combina con el GLP-1.

Durante la presentación del fármaco, la médica especialista en nutrición Mónica Katz explicó que "genera un efecto sinérgico: mientras GLP-1 disminuye el apetito y mejora la saciedad, el GIP actúa directamente sobre el tejido adiposo y genera pérdida de peso, predominantemente a expensas de masa grasa". Según los estudios clínicos, el descenso puede alcanzar hasta un 26% del peso corporal en 72 semanas, resultados comparables a los de la cirugía bariátrica, pero sin intervención quirúrgica.

El uso de la tirzepatida está indicado únicamente bajo prescripción médica, como complemento de la dieta y el ejercicio. Puede utilizarse en personas con obesidad (IMC igual o mayor a 30) o con sobrepeso (IMC mayor a 27) que además presenten enfermedades asociadas como hipertensión, dislipidemia, enfermedad cardiovascular, prediabetes o apnea del sueño. También está aprobada para pacientes con diabetes tipo 2 que no logran un control adecuado con otros tratamientos.

El medicamento se administra mediante una inyección subcutánea semanal, en un esquema progresivo que va desde los 2,5 mg hasta los 15 mg, según la respuesta de cada paciente. En esta primera etapa, en la Argentina están disponibles las dosis de 2,5 mg y 5 mg, mientras que las más altas llegarán el próximo año. Como otros fármacos de este tipo, debe conservarse en frío y puede generar efectos adversos gastrointestinales, como náuseas, vómitos y diarrea, que suelen disminuir con el tiempo.

Uno de los puntos que genera mayor debate es el costo del tratamiento. En el mercado argentino, las cuatro dosis mensuales de tirzepatida de 5 mg tienen un valor cercano a los 783.000 pesos, lo que la convierte en una de las opciones más costosas dentro de este grupo de medicamentos. Desde el laboratorio informaron que se implementará un sistema de beneficios con descuentos de hasta el 30%, y que algunas obras sociales y prepagas evalúan la cobertura en pacientes de alto riesgo, como alternativa a la cirugía bariátrica.

Desde el punto de vista cardiovascular, el médico cardiólogo Jorge Tartaglione destacó que "la obesidad tiene una relación directa con múltiples factores de riesgo" y que este fármaco no solo produce descenso de peso, sino también mejoras en el perímetro de cintura, la presión arterial, el hígado graso y la insuficiencia cardíaca. Tanto él como Katz coincidieron en que la obesidad debe tratarse como una enfermedad crónica, lo que implica tratamientos prolongados en el tiempo.

En un contexto donde la obesidad representa un problema sanitario y económico de gran magnitud, especialistas y organismos internacionales advierten sobre la necesidad de evitar la autoprescripción y el uso con fines estéticos. La recomendación es clara: la tirzepatida debe formar parte de un abordaje integral, con seguimiento médico, cambios en la alimentación y actividad física, para que su impacto sea real y sostenido en la salud de la población. (La Nación)