¿Qué secuelas puede dejar el ACV de Locomotora Oliveras? Esto dice una especialista
Alejandra "Locomotora" Oliveras continúa internada en el Hospital Cullen tras sufrir un accidente cerebrovascular (ACV) hace ocho días. Mientras los médicos advierten sobre la gravedad del cuadro y las posibles secuelas, se abre el debate sobre la recuperación y el rol clave de la rehabilitación.
A ocho días del ACV, la salud de Alejandra Oliveras sigue siendo motivo de preocupación. Desde el Hospital Cullen de Santa Fe, el jefe de terapia intensiva Néstor Carrizo confirmó que "el daño cerebral causado por el ACV es irreversible en el sector afectado". Sin embargo, esta afirmación generó distintas interpretaciones en el ámbito médico.
Desde el Fleni, la neuróloga Daiana Dossi fue categórica en LN+: "Tratamos de no usar la palabra irreversible. Es muy pronto para eso", expresó. Según la especialista, Oliveras atraviesa una etapa crítica: "Está luchando por sobrevivir. Una vez superada esta fase, comienza la etapa de rehabilitación".
El director del hospital, Bruno Moroni, aseguró que la paciente continúa con asistencia mecánica respiratoria y que su diagnóstico es "clínicamente estable". No obstante, Carrizo advirtió que "el ACV afecta el sistema nervioso, que regula los órganos vitales, como el corazón y los pulmones. Alejandra sigue en riesgo de vida y el equipo médico hace todo para sostenerla".
Las secuelas posibles y el rol de la rehabilitación
Dossi explicó que el ACV de Oliveras fue "extenso" y que los cuadros de esa magnitud "comprometen visión, sensibilidad y fuerza". En este tipo de casos, la rehabilitación es fundamental. "Podría haber compromiso en todo el sector izquierdo: movilidad, rostro y pérdida de visión", detalló.
Además, alertó que "la mayoría de los pacientes que sufren un ACV presentan alguna forma de deterioro cognitivo, como dificultad para memorizar o entender su situación". Y remarcó que "este tipo de ACV no se puede tratar con medicación. Se necesita sí o sí una rehabilitación integral con terapia ocupacional y kinesiología".
El proceso, según explicó, implica evitar nuevas lesiones cerebrales. "Cuando ocurre un ACV, una arteria se tapa y genera un edema, como si el cerebro se inflamara. Por eso a veces se retira una parte del cráneo para que el cerebro pueda expandirse sin presionar tejidos. Luego, a los dos o tres meses, se restaura con una placa o el mismo hueso", aclaró la médica.
Factores de riesgo, edad y plasticidad neuronal
La neuróloga también alertó sobre un fenómeno preocupante: "Cada vez más jóvenes tienen los factores de riesgo que antes eran propios de adultos. La brecha se está corriendo". En especial, advirtió que las mujeres jóvenes están más expuestas, tanto al ACV como a sus consecuencias.
Pero en el caso de Oliveras, su edad juega a favor. "Existe algo que se llama plasticidad neuronal: la capacidad del cerebro de adaptarse. Por eso hay que esperar cómo responde su cuerpo a la rehabilitación", concluyó Dossi.
Mientras tanto, se refuerzan los consejos de prevención: controlar la presión, el colesterol y la diabetes; realizar actividad física, meditar, dormir bien, mantener vínculos sociales y evitar el cigarrillo y el exceso de alcohol.