TRABAJO

Se cuadriplicó la cantidad de repartidores desde noviembre de 2024 y se derrumbaron las comisiones individuales

Los datos oficiales de Rappi muestran un salto del 252% en la cantidad de repartidores en solo un año, mientras caen los ingresos reales por pedido y crece la precarización en las apps. Con más trabajadores compitiendo por pedidos de menor valor, el sector se convierte en un amortiguador de la crisis, pero comienza a mostrar señales de agotamiento, lo que podría empezar a engrosar las cifras de desocupación.

Redacción Nuevo Día
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Los datos oficiales de Rappi, difundidos por la periodista Rosario Costantino, muestran una radiografía cruda del impacto social y económico que atraviesa el país: la cantidad de repartidores de la plataforma creció 252% en un año, mientras que el ingreso real por pedido cayó y los trabajadores advierten que el sistema se vuelve cada vez más insostenible.

Según la empresa, se pasó de 43.048 repartidores en noviembre de 2024 a 151.874 en noviembre de 2025. Es decir, casi se cuadruplicó la cantidad de personas que se volcaron a trabajar en aplicaciones de reparto.

El crecimiento exponencial de trabajadores disponibles provocó un derrumbe en la comisión individual, según relatan los propios repartidores. Con más personas disputando la misma cantidad de pedidos, o incluso un incremento que no acompaña la magnitud del boom, el ingreso por hora cae de manera abrupta.

Además, aunque el ticket promedio aumentó un 21% interanual, ese incremento quedó por debajo de la inflación del 24,5% (medida a octubre). En términos reales, los usuarios gastan menos por pedido que el año pasado.

Rappi informó también que la cantidad de órdenes aumentó un 29,3% interanual. Sin embargo, el fuerte incremento en el número de repartidores hace que esa expansión no alcance para mejorar las condiciones de quienes trabajan sobre la plataforma.

Simultáneamente, la cantidad de comercios que se sumaron a vender en la aplicación creció un 39%, lo que confirma el rol creciente de estas plataformas en un contexto de caída general de la actividad económica.

Los rebusques laborales a través de apps se convirtieron, en palabras de Costantino, en «un amortiguador social de la crisis productiva«, reflejando el deterioro del mercado laboral formal. El salto en la cantidad de trabajadores de plataformas suele interpretarse como un indicador indirecto de desempleo, precarización o necesidad de ingresos adicionales.

Pero el modelo tiene un límite: la oferta de mano de obra crece más rápido que la demanda de pedidos, empujando los ingresos a la baja y generando tensiones en un sector sin regulaciones laborales ni mecanismos de protección social sólidos.

Los propios trabajadores advierten que, si la tendencia continúa, la actividad podría volverse inviable para miles de personas que hoy dependen de estas aplicaciones para subsistir.

Fuente: InfoGremiales 

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