Cifuentes afrontará una denuncia penal por irrumpir en una sesión del Concejo de Caleta

Las sesiones ordinarias del Concejo Deliberante de Caleta Olivia, incluyendo aquellas que a último momento se suspenden por falta de quórum, siguen caracterizándose por situaciones escandalosas.

Walter Cifuentes, que ocupó una banca por el Partido Socialista en el período 2003/2007, actualmente es un referente de la Alianza Cambiemos que se caracteriza por su vehemente personalidad.



La semana pasada ya había formulado serias críticas al concejal Juan José Naves (FPV) por continuar de licencia desde hace más de un año y medio para hacerse cargo de la gerencia local de la empresa estatal Servicios Públicos y no dejar su banca al suplente natural.



También hizo extensivas esas críticas a tres ediles que se la concedieron, Javier Aybar (presidente), Rubén Martínez y Pablo Calicate, siendo los dos primeros referentes de Cambiemos, con lo cual ese sector político sigue resquebrajándose en el ámbito caletense.



Según sus dichos, ese mismo martes por la mañana no le quisieron recibir la nota en el edificio del cuerpo deliberativo, por lo cual acudió por la tarde a la sesión prevista en la sede vecinal del barrio Unión.



LO ENVIDIARIA UN DRAMATURGO



El escándalo no se centró en el contenido de la misiva sino en el momento en que la presentó, lo cual generó diferentes interpretaciones acerca de que con su actitud interrumpió de manera ilegal una sesión ordinaria.



Lo que observó El Patagónico fue que apenas ingresaron los tres ediles que dieron quórum (Javier Aybar, Pablo Calicate y Liliana Andrade), Cifuentes se acercó a la mesa de la presidencia y pidió que le recibieran el escrito de tres hojas.



En un primer momento Aybar lo ignoró ya que ni siquiera lo miró y además solicitó que se tomara asistencia e incluso que se cumpliera con la formalidad de izar el Pabellón Nacional.



Ante la insistencia que ya se tornaba embarazosa, Aybar le cruzó una lacerante y breve mirada, solicitándole luego a su secretario que lo atendiera, le recibiera el escrito y le firmara una copia acusando recibo.



El funcionario nacional se retiró algunos metros para ser abordado por la prensa. Fue en esos momentos cuando se escuchó en voz alta una quasi orden de la concejal Andrade (también de Cambiemos) exigiendo que tanto Cifuentes como los periodistas se retiraran al exterior para realizar la improvisada rueda de prensa.



DEFINE LA JUSTICIA



Cifuentes retornó luego al recinto y permaneció varios minutos, pero previamente había aclarado a la prensa que no actuó en su rol de funcionario sino como un “simple vecino”.



Todo pareció que el tema iba quedar como una anécdota, pero en rigor acababa de activar una explosiva situación política y judicial ya que más tarde Aybar anunció que lo iba a denunciar penalmente por perturbar un acto legislativo.



A su vez, Andrade dijo sentirse indignada por el “circo” que armó el ex concejal, enrostrándole que su actitud fue “inadmisible” porque no puede desconocer cómo se realiza un trámite de presentación de notas.



En tanto, Pablo Calicate (FPV) respondió con evasivas a la situación de su compañero de bancada licenciado, mientras que el intendente Facundo Prades no quiso involucrarse en el escándalo y declaró que el otorgamiento de licencias a concejales es una facultad que debe definirse en ese mismo ámbito.



Ayer a la mañana Cifuentes siguió defendiendo su comportamiento, esta vez en una mesa de café de la zona céntrica (conocida como “mesa del odio”), donde sus interlocutores tuvieron un actualizado y oportuno motivo para explayarse con álgidas y controvertidas posturas.



Por otro lado, este hecho hizo olvidar las díscolas actitudes del concejal que estuvo ausente: Rubén Martínez. De él se supo que viajó a Buenos Aires con pasajes aéreos que le otorgó el Ejecutivo municipal y que le concedieron viáticos por un monto de 10 mil pesos, mil por cada día de gestión.


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