Con medidas de resguardo más de 90 locales de Zona Franca de Punta Arenas abrieron sus puertas

Aunque muchos locatarios resienten las bajas ventas sufridas hasta ahora, el público volvió con fuerza ayer al recinto de Zona Franca, en Punta Arenas para vivir una nueva normalidad a la que, sin embargo, cuesta acostumbrarse.

Paula Zambrano hacía fila a la espera de entrar a un local de venta de ropa al interior del Módulo Central de Zona Franca. “Me parece bien las medidas que se han tomado. Todo se ve bien ordenado y hay harto control a la entrada y en los locales. Por ejemplo, en la ropa no permiten cambios y eso me parece bien”.



Su acompañante, Rómulo Fuenzalida, agregó: “Creo que aquí en Zona Franca se han tomado las medidas de resguardo, la gente está tomando conciencia de la enfermedad. Lamentablemente, fuera de Zona Franca, en la ciudad he visto gente sin mascarilla y eso me parece lamentable”, indicó. 



Ayer, más de 90 locales del Módulo Central de Zona Franca abrieron sus puertas al público tomando todas las medidas sanitarias posibles, para la seguridad del público y sus trabajadores.



Uno de los casos más severos era el local de venta de perfumes y cosméticos Terra, donde una gruesa barrera plástica impedía el acceso al local, obligando a los clientes a ser atendidos por un espacio acondicionado para tal efecto, en el centro.



Lilian Ojeda, encargada del local: “Se han tomado todas las medidas de resguardo posibles como usted ve. Además de esta protección, usamos mascarilla, protector facial y lentes. La venta, sin embargo, está muy lenta, muy malo, apenas vendemos un 30% de lo de antes. Con todo esto no podemos testear, entonces la gente tiene que quedarse con lo que ve en los anuncios, mi compañero de cosméticos tampoco puede testear”.



Alicia Sánchez, funcionaria del local Codimaga, explicó: “Estamos trabajando... nueva normalidad, diría. La venta está baja pero se está recuperando de a poco. Lo bueno es que los clientes están volviendo de a poco y seguimos con el mismo personal”.



Anoop Singh, encargado del local Sony, comentó: “Ya cumplimos un mes abiertos, desde que se terminó la cuarentena. Tomamos todas las precauciones, les tomamos la temperatura a las personas, siempre echamos alcohol antes de entrar y tenemos alcohol en la caja para las personas que entran. La venta ha estado lenta, está complicado pero ahora está bien. Hemos mantenido al mismo personal”.



“Hemos estado operando a Dios gracias, bien. Nos permiten trabajar con mascarillas, guantes, distanciamiento y pueden entrar dos personas simultáneamente al local”.



Mirtha Ballesteros, encargada del local de venta de licores, Jacqueline 135: “Lamentablemente, no todos entienden estas nuevas normas. “Hay gente que no entiende que no tiene que cruzar la línea amarilla, se enojan con los empleados y pelean. Entran dos personas y de pronto llegan otros más y ahora, mismo acabamos de tener un tremendo problema con un cliente que se enojó cuando le dijimos que no traspase la línea”.



Dice que la venta ha estado bien, “no como antes, pero bien y de hecho, nos falta mercadería que tenemos que reponer”.



Taicha García, encargada del local Juan Maestro. “Nosotros tenemos todos los protocolos que nos entrega nuestra empresa. A partir de eso, nos permitieron vender sólo con delivery para llevar ya que el seremi no nos permite atender a público. El sistema ha operado bien y estamos tratando de darnos a conocer a nuevos clientes”.



Admite que no es fácil el cambio. “Lo más difícil es adaptarnos a esto de la pandemia y seguir protocolos que nunca habíamos seguido anteriormente”.



Ahora, son sólo tres trabajadores en el local, pero el público está regresando.



 



El Pinguino


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