Condenan a 15 años de cárcel a madre paraguaya por el parricidio de su hijo en Punta Arenas
El Tribunal Oral de Punta Arenas condenó a 15 años de prisión a Marissa Bogado Vargas, ciudadana paraguaya de 32 años, por el parricidio de su hijo recién nacido. El bebé, al que llamó Noah, murió asfixiado a los tres días de nacer. La defensa alegó vulnerabilidad, pero la fiscalía sostuvo que no hubo justificación legal para el crimen.
El lunes, el Tribunal Oral en lo Penal de Punta Arenas sentenció a 15 años de cárcel a la paraguaya Marissa Bogado Vargas, de 32 años, por el delito de parricidio consumado en perjuicio de su hijo recién nacido. El fallo fue firmado por los jueces Guillermo Cádiz, José Octavio Flores y Octavio Salinas Cabrera.
Según se expuso en el juicio, el bebé -llamado Noah Gael Bogado- había nacido el 5 de octubre de 2024 en el Hospital Clínico de Punta Arenas tras un embarazo que la madre ocultó a su familia. Tres días después, la mujer asfixió al recién nacido y ocultó su cuerpo en un canasto cubierto con ropa.
"No hay justificación legal"
Durante los alegatos, la fiscal Wendoline Acuña Aliaga fue contundente: "No hay justificación legal que ampare su comportamiento". La funcionaria desestimó los argumentos de la defensa, que señalaban abandono y situaciones de violencia previas, y recordó que la propia acusada había escrito en su diario personal: "He sido una mamá irresponsable".
La querellante del programa Mi Abogado, Paula Vicenta Fernández, también fue categórica: "La vida del bebé fue arrebatada por quien debía protegerla y resguardarla, transgrediendo el deber jurídico que constituye el núcleo de la relación de madre e hijo".
El alegato de la defensa y el arrepentimiento
Por su parte, el abogado defensor Alejandro Hijerra Cárdenas sostuvo que lo ocurrido fue un hecho doloroso para la mujer: "Hasta su muerte tendrá eso en su conciencia, porque nunca quiso que pasara todo esto".
En sus últimas palabras, Marissa Bogado pidió perdón "a la ciudadanía y a su familia por los hechos ocurridos" y afirmó que nunca quiso matar a su hijo, aunque reconoció que lo sucedido "fue muy duro" para ella.
El caso conmovió a la comunidad de Punta Arenas y volvió a poner en debate la figura del parricidio, considerada uno de los delitos más graves en la legislación chilena.
La Prensa Austral