Vajilla Trágica

El juego de té de Yiya Murano vuelve a escena: lo compró un empresario chubutense

Un empresario de Comodoro Rivadavia adquirió el juego de té con el que Yiya Murano envenenó a tres mujeres en Buenos Aires. La operación fue firmada en una escribanía entre el comprador y Martín Murano, hijo de la conocida "envenenadora de Monserrat". La vajilla había estado previamente ofrecida en una subasta pública y vuelve a cobrar notoriedad por su valor simbólico ligado a uno de los casos criminales más resonantes del país.

Redacción Nuevo Día
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Un empresario chubutense compró el juego de té que perteneció a María de las Mercedes "Yiya" Murano, la mujer condenada por envenenar a tres amigas a fines de los años 70. La transacción se concretó en una escribanía entre el comprador, identificado como José Perrucio, y Martín Murano, hijo de la célebre envenenadora.

Según información a la que accedió la agencia Noticias Argentinas, la vajilla vuelve a generar interés público tras haber sido ofrecida en una subasta durante 2023, donde -según declaró el propio Murano- recibió ofertas de hasta 10.000 dólares. Sin embargo, aquella operación nunca llegó a cerrarse.

Una pieza con fuerte carga simbólica

El empresario que adquirió la vajilla ya había ocupado espacios mediáticos décadas atrás, cuando compró en una subasta fiscal un Mercedes Benz que había pertenecido a Susana Giménez, vehículo envuelto en polémicas por una presunta importación irregular. Ahora, su nueva adquisición vuelve a colocar su nombre en el centro de la escena.

Desde el entorno de Martín Murano se había asegurado que el dinero obtenido por la venta de la vajilla sería destinado a una organización dedicada al rescate de animales callejeros. "Era algo que queríamos concretar desde hace tiempo", había señalado en su momento el hijo de Yiya, aunque la subasta original no prosperó.

La historia detrás de la vajilla

La compra remueve uno de los episodios policiales más conocidos de la Argentina. Entre febrero y marzo de 1979, Yiya Murano fue responsable del envenenamiento de su prima Lelia Formisano, su amiga Nilda Gamba y la madre de esta última, Carmen Zulema del Giorgio. Todas murieron después de compartir con ella una taza de té o café que contenía veneno.

Yiya fue detenida en 1979 y condenada en 1985. Pasó 16 años en prisión y falleció en 2014. Su historia volvió a resonar en los últimos años gracias al estreno de una serie basada en su vida, lo que revitalizó el interés público en objetos vinculados con el caso.

La vajilla recientemente vendida es uno de esos elementos cargados de simbolismo, cuya aparición vuelve a traer al presente una de las tramas criminales más recordadas del país.

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