Extorsión desde la cárcel: le robaron $500 mil tras enviar una foto íntima
Un hombre fue extorsionado por una red que operaba desde el Penal 3 de Bariloche tras enviar una foto desnudo a través de Facebook. La víctima transfirió $500.000 en tres pagos para evitar la difusión de la imagen. Dos internos están involucrados y la justicia avanza en la investigación.
Lo que comenzó como una charla inocente en redes sociales, terminó en una pesadilla. Un hombre inició un diálogo con un perfil falso en Facebook que simulaba pertenecer a una mujer. Luego de intercambiar mensajes y recibir una foto íntima femenina, fue inducido a enviar una imagen suya, desnudo, junto con su número de WhatsApp.
Instantes después, comenzaron las amenazas: si no enviaba dinero, la foto sería publicada. Bajo presión, accedió a transferir un total de $500.000 en tres pagos a una cuenta a nombre de una mujer que, según se descubrió, está vinculada a internos del Establecimiento Penal 3 de Bariloche.
La trama detrás de los muros del Penal 3
La investigación judicial determinó que desde el interior del Penal 3 se manejaban las comunicaciones. Sebastián Aguilera fue imputado como principal responsable. Si bien negó su participación, los investigadores encontraron en su poder el celular con el que se realizaron las amenazas.
Según Aguilera, durante esos días prestó su teléfono a otro interno, Gabriel Aguilar, quien mantenía un vínculo estrecho con la mujer dueña de la cuenta receptora del dinero y del perfil falso en Facebook. La mujer, que no fue imputada formalmente, fue declarada no apta para enfrentar un juicio por razones de salud mental.
La fiscalía avanza y busca cerrar el caso
El fiscal Cristian Barría sostiene que hay elementos contundentes contra Aguilera. El teléfono desde el que partieron las amenazas estaba a su nombre y fue hallado en su celda. Aunque aún faltan detalles, se presume que Aguilera y Aguilar actuaban en conjunto para concretar la extorsión.
El caso dejó al descubierto una modalidad de estafa digital que combina manipulación emocional, redes sociales y logística desde establecimientos penitenciarios. Las autoridades judiciales trabajan para esclarecer el rol de cada implicado y evitar que estas redes sigan operando.
El Patagónico
