Chubut: Hubo caravana para despedir a Cristina y Jorgelina, las docentes fallecidas en la ruta
Poco después de las 18:00 hs de ayer, llegaron a Comodoro Rivadavia los cuerpos de las docentes fallecidas en el accidente de ruta 3.
El cortejo fúnebre fue recibido en el acceso norte, en la intersección de 3 y 39 donde una numerosa columna de trabajadores de la educación acompañó el recorrido hacia la zona céntrica, diversas muestras de respeto y solidaridad.
Se vivió una emotiva jornada en la Escuela 738. El edificio se abrió a pedido de los alumnos que con anécdotas y canciones recordaron a Cristina Aguilar y Jorgelina Ruiz Díaz. En la sala velatoria de la Sociedad Cooperativa Popular Limitada, se habilitaron dos salas para el velatorio, que concentró a numerosos colegas, amigos y familiares.
Pasadas las 19.30 se habilitó el servicio fúnebre y el público que permaneció en la explanada del edificio, ingreso lentamente a la sala para despedir a las docentes fallecidas.
Distintos dirigentes se acercaron al lugar y en particular, los referentes de distintas ramas del Estado incluyendo a ATE, ATECh y Judiciales. “Estamos tristes. Constantemente nos exponemos a estas situaciones. Muchas veces hay que viajar y de hecho, hemos pasado cosas parecidas y que ni siquiera se lo contamos a nuestras familias”, admitió Gerardo Coronado de ATE Comodoro.
Para última hora de la tarde se aguardaba la llegada a la ciudad de algunos importantes dirigentes gremiales nacionales y de enviados especiales de medios capitalinos.
Sonia Florentino y Natalia Zambón, dos de las tres sobrevivientes del accidente, llegaron a la guardia del Hospital Regional donde recibieron atención médica y permanecerán internadas a la espera de su evolución.
Claudia Ramos, la restante ocupante del auto accidentado, permanecerá un día más en Trelew y será trasladada a Comodoro en las próximas horas.
En las primeras horas de la jornada y cuando se producía la llegada del colectivo que trajo desde Rawson a los trabajadores docentes; se observaron expresiones de dolor. Con el conocimiento del fatal accidente y siguiendo la evolución de los hechos, el grupo se trasladó espontáneamente a la esquina de San Martín y Guemes, lugar que concentró a docentes, directivos y alumnos portando velas y expresándose silenciosamente.
En el lugar se hizo referencia a lo ocurrido y se reflexionó sobre la lucha, definiendo a las víctimas del accidente como “comprometidas” y muy queridas en sus comunidades. Hubo una convocatoria en la sede de Supervisión de Escuelas en Kilómetro 3 y luego se decidió manifestarse en el edificio de la Municipalidad. Aunque se sugirió trasladar la actividad a la Escuela 738 en la que prestaban servicio las víctimas, se optó por “visibilizar” la protesta en el municipio donde se colocaron listones negros sobre el enrejado en señal de duelo.
Mientras tanto, el intendente Carlos Linares viajó junto a familiares de las docentes fallecidas rumbo a la zona del Valle, facilitando medios para acompañar en la asistencia y disponer el traslado de los cuerpos a la ciudad petrolera. El operativo municipal incluyó la tramitación de las salas velatorias de la Sociedad Cooperativa Popular Limitada y la cesión de dos nichos en el Cementerio Oeste. “El dolor que siente la ciudad es enorme”, describió Linares.
Ayer se realizó una nueva marcha del silencio portando brazaletes negros que se inició en Supervisión de Escuelas y que incluyó la Escribanía Campelo-Arcioni-Pires sobre la avenida Yrigoyen donde horas antes, se habían instalado velas simbólicas.
La comunidad se expresó en solidaridad con los tristes sucesos. Se suspendieron todas las actividades escolares públicas y privadas y la Municipalidad decretó duelo por tres días con bandera a media asta. El Rectorado de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, sus delegaciones zonales y los Decanatos estableció duelo institucional con el mensaje de “exhortar a las autoridades políticas que faculten los mecanismos y canales de diálogo institucionales para la pronta resolución de los conflictos suscitados en el marco de los reclamos de los trabajadores”.
En los pasillos de la Escuela Provincial 738 “Doctor Pastor Schneider” del barrio San Cayetano, habitó la tristeza. Y en ese ámbito en el que durante años se desempeñaron Jorgelina Ruiz Díaz y María Cristina Aguilar, ayer se recordó a las docentes fallecidas y se insistió en la necesidad de resguardar los derechos laborales. “Ambas estaban muy comprometidas con las medidas de fuerza. Eran sostén de hogar”, expresó Marcia Jara, directora de la Escuela 738 que ayer abrió sus puertas a alumnos y amigos.
Jorgelina Ruiz Díaz tenía 52 años; había nacido en Corrientes pero estaba radicada en la ciudad desde hace muchos años. Inclusive, pensaba terminar su carrera y regresar a su provincia natal. Era profesora de enseñanza primaria en las materias Lengua y Literatura y además era profesora del nivel medio de Adultos. Por su parte María Cristina Aguilar (55) era profesora de Economía en el ciclo orientado. Y ambas se encontraban en la etapa final de sus carreras docentes a poco de abocarse a los beneficios de la jubilación.
“El viernes pasado hicimos asamblea en la Escuela y a los chicos se les ocurrió comer pizza. Así que decidimos amasar pizzas caseras”, recordó la directiva quien evocó la figura y la cercanía de las docentes fallecidas conquienes por años recibieron de su parte, educación y conocimiento. “Tuve que afrontar una de las peores cosas que me tocó en la vida que es avisarle a las familias lo que había pasado. Las chicas se murieron luchando, eran seres maravillosos”, describió.
En la Escuela ayer hubo un homenaje silencioso, respetuoso. A través de anécdotas se revivieron actividades internas y también las consignas que en este largo conflicto, fortalecieron el vínculo y acercaron todavía más a quienes defienden el esquema de la educación pública.
En memoria de Cristina y Jorgelina hubo oficios religiosos en la Parroquia del barrio, en Avda. Polonia y Pieragnoli y a la vez, la Parroquia Nuestra Señora de Luján convocó ayer a rezar por las docentes fallecidas pero también por la situación de la provincia.
En una sentida expresión, quienes fueron alumnos de las profesoras citaron “he aprendido lo que es luchar por mis derechos; porque por medio de ellos he visto la unidad y solidaridad de quienes han formado parte de mis raíces”. Y recordaron la “lucha justa”; la enseñanza de “la pluma y el papel” además de haber dejado de lado sus criterios y “acudir a medidas indispensables para llevar un plato de comida a su mesa”. En su mensaje, sus alumnos valoraron su intención de volver a las aulas pero debieron sin embargo “vestir mamelucos y pasar frío por las noches”.
Fuente. Diario Jornada (Rawson)