Comerciante contó que tuvieron que armar "circo" para que Cotillo los escuche
La propietaria de un comercio gastronómico, Betiana Valalla, se quebró emocionalmente durante la rueda de prensa. A la derecha, Hugo Navarro, quien profirió un exabrupto hacia los medios informativos
En una rueda de prensa que a mediodía de este miércoles ofreciera un grupo de comerciantes de Caleta Olivia perjudicados por las fuertes restricciones que les impone en municipio, en el marco de la pandemia del COVID 19, uno de ellos expresó un exabrupto contra el periodismo al señalar que “todo este circo que está armado acá es porque no podemos llegar al señor (Fernando) Cotillo”.
El protagonista de la insólita descripción a la convocatoria fue Hugo Navarro, propietario de un local gastronómico quien, cuando El Patagónico le hizo notar ese desliz, ni siquiera se retractó y acusó al represente de este medio periodístico de querer “dividir las aguas” porque le molestó que se le preguntara porque no se sentían representados por la Cámara de Comercio.
Finalmente, El Patagónico resolvió retirarse de la conferencia por el exabrupto de Navarro quien, en torno prepotente y de sorna, se le ocurrió decir “igual muchas gracias por venir”.
COHERENTES
Pero al margen de ese desatino, el resto de los comerciantes que expusieron, referentes de gastronomía, gimnasios y otros rubros, fueron respetuosos y coherentes en sus exposiciones y trato a la prensa.
Incluso, como reflejo la penosa situación que afrontan, una mujer del rubro gastronómico, de nombre Betiana Valhalla, se quebró emocionalmente y apenas pudo hablar algunos segundos antes de retirarse de la mesa de cabecera, en la que también se encontraban Cristian Aguirre, Leandro Oliva y Mirta Lucero, entre otros.
Esta última (propietaria de una fábrica de hielo), hizo un fuerte cuestionamiento al maltrato que reciben de las autoridades municipales que integran el COE, quienes consideran que ellos (los comerciantes que se quejan) solo representan en 8 % de la actividad comercial perjudicada por las medidas restrictivas.
Por otra parte criticó con dureza el hecho que el municipio prácticamente los obligue a “reconvertirse” es decir que cambien de rubro para poder seguir subsistiendo como única alternativa.
Por su parte Cristian Aguirre, quien tuvo que cerrar un salón de juegos infantiles y transformar su confitería en panadería, pidió publicamete que al menos la municipalidad se digne a pagar lo que adeuda a proveedores locales ya que estaría favoreciendo a los foráneos.
Por todo este espectro de inconvenientes, exigieron ser recibidos por el propio intendente Fernando Cotillo y no por alguno de sus funcionarios intermediarios