Juicio por drogas: condenaron a siete personas y secuestraron 64 kilos en Puerto Madryn

Una investigación que comenzó con una denuncia anónima sobre los movimientos sospechosos de un carnicero en Puerto Madryn derivó en un operativo que culminó con siete condenas por narcotráfico y tenencia de drogas. El caso fue conocido como "Transferencia Virtual" debido a que los pagos se realizaban mediante plataformas como Mercado Pago y Modo. En total, se incautaron 64 kilos de marihuana y casi 109 gramos de cocaína.

La sentencia fue dictada en juicio abreviado por el juez Alejandro Cabral, del Tribunal Oral Federal de Comodoro Rivadavia. Gustavo Burgarelli, considerado el principal responsable, recibió 5 años de prisión efectiva por comercio de estupefacientes. Está detenido bajo modalidad domiciliaria. Su pareja, Graciela Suárez, y su yerno, Damián Penchulef, fueron condenados a 3 años en suspenso, también por participación en el negocio.

César Vogel, hijo de Suárez y reincidente, recibió 3 años condicionales con restricciones especiales, entre ellas no cometer delitos de violencia de género. Guillermo De Gaudio, apuntado como el carnicero investigado inicialmente, fue condenado por tenencia simple. Brian Rosales y Matías Pío también admitieron la misma figura penal, aunque en su caso recibieron penas efectivas con libertad condicional bajo reglas de conducta.

Por otra parte, Araceli Burgarelli Correa (hija de Gustavo) y Noemí Escalante fueron beneficiadas con probation durante dos años. Ambas deberán pagar $300.000 como reparación económica, una al Hospital Zonal de Trelew y la otra al de Puerto Madryn.

La investigación duró ocho meses, entre abril y diciembre de 2022. Intervenciones telefónicas, seguimientos y análisis de mensajes por WhatsApp y Telegram permitieron confirmar la existencia de un circuito de comercialización de droga con múltiples actores. En una vivienda de la calle Di Clemente se hallaron 61 kilos de marihuana en 21 ladrillos y más de $300.000 en efectivo.

Las escuchas revelaron códigos como "langostinos", "calamar" o "cajita" para referirse a la droga. Los audios entre Burgarelli, Suárez y otros implicados detallaban las operaciones, las entregas y las quejas por la calidad de las sustancias. Escalante, por su parte, fue vinculada a ventas de cocaína y mensajes que hablaban de "caramelitos", "tanda tocada" y reclamos por deudas.

La sentencia cierra una de las causas más significativas en la ciudad del Golfo, donde el uso de plataformas digitales para movimientos de dinero fue clave en el seguimiento judicial.

Diario Jornada