Lo culparon de un incendio en la Patagonia, era inocente y había ido a ayudar a los brigadistas para extinguir el fuego

Después de casi cinco meses de incertidumbre, Nicolás Damián Heredia fue finalmente sobreseído por la justicia rionegrina. Su caso se inició la noche del 5 de febrero, cuando personal policial lo detuvo en Mallín Ahogado, a unos 17 kilómetros de El Bolsón, tras el testimonio de dos vecinos que lo señalaron por una supuesta "actitud sospechosa" en plena crisis por los incendios forestales que azotaban la zona.

Los pobladores afirmaron haber visto a Heredia deshacerse de una botella con un líquido azul. Eso bastó para que fuera acusado y trasladado bajo custodia. Heredia, oriundo de Senillosa, Neuquén, declaró que había viajado como voluntario para colaborar con brigadistas y vecinos en el combate del fuego. Nadie le creyó.

El contexto no ayudaba: presión social, tensión política y declaraciones públicas del gobernador Alberto Weretilneck exigiendo responsables aceleraron los tiempos judiciales. El juez Ricardo Calcagno aceptó la imputación y ordenó prisión preventiva. Heredia recuperó su libertad recién el 28 de febrero, aunque siguió ligado a la causa.

Este miércoles, en una audiencia por Zoom, el fiscal de El Bolsón, Francisco Arrien, solicitó el sobreseimiento con el aval del fiscal jefe de Bariloche, Martín Lozada. Según explicó, no se hallaron pruebas que vincularan a Heredia con el inicio o propagación de los incendios.

Se realizaron peritajes sobre la botella encontrada y el celular del imputado, pero todos los resultados fueron negativos. Tampoco se detectaron sustancias inflamables en sus pertenencias ni evidencias en las entrevistas tomadas a testigos.

"La carga de la prueba está en nosotros, y no encontramos evidencia que justifique avanzar con una acusación", expresó Arrien. El juez Juan Pablo Laurence aceptó el pedido y aclaró que el proceso "no afectó el buen nombre y honor del que gozaba y goza el señor Heredia".

La defensa, integrada por Nelson Vigueras y Mónica Goye, insistió desde el inicio en la inocencia del joven. "Nos opusimos desde el primer día, no por capricho, sino porque no había indicios serios", dijo Vigueras. "Todo lo que Nicolás nos decía, la evidencia lo terminó confirmando."

Goye agregó que el caso fue un ejemplo de cómo los prejuicios pueden condicionar las decisiones. "A veces los únicos que creen en la palabra de una persona son sus defensores. Y eso es preocupante en un estado de derecho", reflexionó.

Heredia, tras conocer el fallo, declaró: "Lo que siempre dije fue la verdad. Me acusaron sin tener pruebas y me detuvieron injustamente."(Diario Rio Negro)