Demoran a dos hermanos que eran inquilinos de la mujer asesinada

A María Ester Ojeda Corbett (81) la asesinaron a menos de 50 metros de la Seccional Séptima. Era diabética y justamente a las 10 del último viernes recibió su última aplicación por parte de una mujer que así lo declaró en sede policial.

Vivía sola pero alquilaba dos departamentos en el mismo predio donde vivía. El sábado a la mañana la encontraron tirada en el piso de su dormitorio recostada sobre su lado derecho, con sus manos atadas a su espalda por cordones y una campera cubriéndole el rostro. Murió por ahorcamiento y posiblemente utilizaron alguna prenda de vestir para ese cometido.

Uno de los departamentos se lo alquilaba a un matrimonio y el restante a dos hermanos de 18 y 27 años. Justamente, estos serían demorados en base a la aplicación del artículo 215 del Código penal.

De no encontrar elementos que los vinculen a la causa investigada seguramente recuperarían su libertad en las últimas horas de anoche. Los investigadores policiales trabajaban codo a codo con la fiscal Andrea Rubio para dilucidar el caso: lo único concluyente para demorar a ambos hermanos es que mantenían constantes discusiones con la dueña del inquilinato que solía recriminarles ruidos molestos, como la música a todo volumen o las visitas que recibían hasta altas horas de la madrugada, según pudieron establecer en principio los investigadores.

A simple vista, a la víctima no le forzaron la puerta ni le robaron elementos de valor como, por ejemplo, electrodomésticos, aunque es probable que le hayan robado dinero.

El de Ojeda Corbett es el quinto homicidio del año en Comodoro, luego de los de Julio César Battaglia, de 29 años, en Km 15, zona de El Faro, el 11 de enero; David Campos, 28 años, en Rada Tilly, el 13 de febrero; Héctor Raimapo (43), en el San Cayetano y que había sido baleado, junto a su hijo de 24 años, el 14 de febrero, falleciendo el 4 de marzo; y José Cristian Delgado (36), en el Máximo Abásolo, el 16 de junio.

El Patagónico