¿Qué está pasando en Comodoro? suman nueve asesinatos en cinco meses

Comodoro Rivadavia atraviesa uno de sus años más violentos. La muerte de un hombre que fue golpeado y abusado en una vivienda del barrio Cerro Solo elevó a nueve la cifra de homicidios en lo que va de 2025, superando ya los siete asesinatos registrados durante todo el año pasado.

El caso más reciente ocurrió en un contexto tan crudo como estremecedor: la víctima fue atacada durante una reunión con dos conocidos. La brutalidad del crimen refleja el nivel de violencia que atraviesa la ciudad petrolera, donde cada nuevo hecho suma tensión a un escenario social ya de por sí complejo.

Todo comenzó el 1º de enero, con el crimen de Maximiliano Cifuentes en el barrio Laprida. Fue apuñalado durante un conflicto en la vía pública, y por el hecho fue detenido Alejandro Romero. El mismo día, horas más tarde, Juan de la Cruz Aguilar, de 17 años, fue apuñalado en una parada de colectivo del barrio Ciudadela. Murió cinco días después tras una agonía en terapia intensiva.

La violencia siguió escalando. El 24 de enero, Matías Nieves fue interceptado y asesinado a tiros en el barrio Jorge Newbery, en lo que se presume fue una emboscada. Días más tarde, el 29, Ezequiel Álvarez fue baleado en el barrio Las Flores y murió tras más de un mes de internación.

En febrero, los crímenes continuaron sin pausa: el 1°, Ramiro Martínez fue asesinado a puñaladas en Valle C; el 7, Nahuel Asenjo, de 20 años, fue acribillado frente a un colegio del barrio Pietrobelli, en un presunto ajuste de cuentas a manos de sicarios en moto.

El mes cerró con dos asesinatos más: Luis Francisco Álvarez, muerto de un balazo presuntamente a manos de su hermano, y Jorge Nieves, familiar del segundo asesinado, quien fue ultimado el 27 de febrero. Por este último crimen se entregó Mauro Pavei, cuya familia denunció amenazas y sufrió un incendio en su vivienda.

Con nueve homicidios en menos de cinco meses, Comodoro Rivadavia enfrenta una estadística tan preocupante como dolorosa. En los barrios más golpeados, el temor crece y la sensación de inseguridad se extiende. La comunidad pide respuestas mientras la justicia y las fuerzas de seguridad intentan contener una violencia que no da tregua. (Fuente: ADN Sur)