Una ciudad patagónica declaró persona no grata a Javier Milei por sus dichos sobre Malvinas
Tras polémicos dichos sobre la autodeterminación de los isleños, Milei fue declarado persona no grata en Bariloche. El repudio fue casi unánime en el Concejo.
El Concejo Deliberante de San Carlos de Bariloche aprobó, por amplia mayoría, un proyecto que repudia las declaraciones del presidente Javier Milei sobre las Islas Malvinas y lo declara persona no grata en la ciudad rionegrina, uno de los polos turísticos más importantes de la Patagonia. Ocho de los once ediles presentes respaldaron la iniciativa; los tres restantes-alineados con el oficialismo nacional-se retiraron del recinto antes de la votación.
¿Qué dijo Milei sobre las Malvinas?
En su mensaje del 2 de abril, aniversario del inicio de la guerra, Milei se apartó de la tradicional posición diplomática argentina y avaló la tesis británica de autodeterminación de los isleños. "El voto más importante de todos es el que se hace con los pies... anhelamos que los malvinenses decidan algún día votarnos con los pies a nosotros", afirmó, añadiendo que su gestión busca que "prefieran ser argentinos y ni siquiera haga falta usar la disuasión o el convencimiento para lograrlo".
Contexto nacional: precedentes en otras ciudades
Bariloche no es el primer municipio que sanciona al mandatario por la misma razón. El 4 de abril, el Concejo Deliberante de Ushuaia -capital de Tierra del Fuego y ciudad más austral del país- también lo declaró persona no grata con seis votos a favor y cuatro en contra.
Postura histórica de la Argentina sobre Malvinas
Desde la Resolución 2065 (1965) de la ONU, la Argentina sostiene que la cuestión Malvinas es una disputa de soberanía y debe resolverse bilateralmente con el Reino Unido, sin aplicar el principio de autodeterminación porque la población actual fue implantada tras la ocupación de 1833. El proyecto local reafirma esa posición y critica los dichos presidenciales por "desconocer la legítima e imprescriptible soberanía" sobre el archipiélago.
Fuente: El Economista