Condena Judicial

Violencia de género: recibió 2 años y 8 meses de condena, pero seguirá libre con tobillera

Edgar Ezequiel Cabañas, de 23 años, fue condenado a 2 años y 8 meses de prisión en suspenso por agredir a su expareja en diciembre pasado. El hecho ocurrió en Río Grande. Además de la pena, deberá portar una tobillera electrónica y cumplir restricciones de acercamiento, tratamiento psicológico y controles trimestrales.

Redacción Nuevo Día
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El Juzgado Correccional de Río Grande, a cargo del juez Pedro Fernández, dictó este jueves una condena de 2 años y 8 meses de prisión en suspenso para Edgar Ezequiel Cabañas, de 23 años, por un violento episodio de agresión a su expareja ocurrido el 15 de diciembre del año pasado. El caso se resolvió mediante una omisión de debate, una modalidad prevista en casos donde hay acuerdo entre las partes para evitar el juicio oral.

Según consta en la causa, Cabañas se presentó ese día en la vivienda de su expareja y, tras una discusión, la agredió con golpes de puño. La víctima logró escapar, pero el agresor la persiguió, la tomó de los cabellos y la obligó a regresar a la vivienda. En ese momento, le rompió el celular para impedir que llamara a la Policía. Fue una vecina quien logró alertar a las autoridades.

Al llegar un patrullero con dos efectivos, uno masculino y uno femenino, Cabañas los agredió también en su intento de escapar, y huyó hacia su domicilio en calle Berta Weber, donde finalmente fue detenido tras ingresar al patio de la casa.

La sentencia dictada contempla los delitos de lesiones leves doblemente agravadas por el vínculo y por haber sido cometidas en un contexto de violencia de género, en concurso real con daños y resistencia a la autoridad.

Aunque la pena es de prisión, al tratarse de una condena en suspenso, Cabañas no irá a la cárcel, pero deberá cumplir una serie de restricciones durante tres años. Entre ellas, tiene prohibido acercarse o comunicarse con la víctima por cualquier medio, deberá someterse a un tratamiento psicológico con controles trimestrales y portar una tobillera electrónica de geolocalización para monitorear sus movimientos.

Además, el juez Fernández dispuso un dispositivo de orientación y contención para la víctima, con el objetivo de garantizar su seguridad emocional y física en el marco del seguimiento judicial del caso.

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