“Cepo al like”: Instagram ya oculta los “me gusta” para frenar la locura por la popularidad

La plataforma de imágenes, propiedad de Facebook, modificó finalmente la manera en que se contabilizan y exhiben los “me gusta”. Por ahora es una medida aleatoria: rige en todo el mundo pero no para todos los usuarios.

Tras las pruebas iniciales en julio pasado, Instagram decidió globalizar la campaña que busca ocultar el número de "me gusta" de las publicaciones. Y no solo eso, esta suerte de "cepo" también impactó en la cantidad de visualizaciones de los videos y cualquier otro dato que muestre de forma pública el éxito o fracaso que tienen los posteos en la plataforma.



Los elegidos para formar parte de esta prueba dejarán de ver el número total de likes y reproducciones en las fotos y los videos publicados por otras personas. Seguirán teniendo acceso a los “me gustas” de sus propias publicaciones, pero no verán ningún contador, solo la lista de los usuarios que pulsaron el corazón.



“Aunque las valoraciones de las primeras pruebas han sido positivas, este es un cambio fundamental para Instagram, por lo que continuaremos con el test para obtener más información de nuestra comunidad global”, dijeron desde la red social.



Facebook, dueño de Instagram, anunció en su conferencia de desarrolladores celebrada hace cuatro meses que incorporaría un nuevo sistema a sus redes sociales para que sus usuarios no pudieran ver los "me gusta" del resto de personas, aunque sí los propios, con el objetivo principal de que estén más preocupados por compartir lo que les interesa que de hacerlo solo por conseguir más corazones.



En el caso de Facebook, esta medida comenzó sus pruebas en Australia el 27 de septiembre. "Estamos probando un test limitado donde los 'me gusta', reacciones y número de visualizaciones de vídeo se hacen privadas", aseguró un portavoz de Facebook al medio The New York Times, que recalcó que estaban llevando a cabo esta fase de prueba para tener un 'feedback' "para entender si este cambio mejorará la experiencia de las personas".



Instagram, por su parte, encaró la medida primero con una fase de prueba en siete países (Australia, Brasil, Canadá, Irlanda, Japón, Nueva Zelanda e Italia), hecho que dio a conocer la propia red social a través de un hilo de tuits en su cuenta oficial hasta este jueves que la comenzó a implementar en todo el mundo.



El objetivo: ¿frenar la "carrera de likes"?



La preocupación por parte de la compañía, de los expertos y de los propios usuarios es el tipo de repercusiones que puede tener esta medida, sobre todo en los más jóvenes, que son los que más hacen uso de Instagram. "Hay que tener en cuenta la incidencia que puede tener en una población joven. Instagram no es la red social con más usuarios, pero sí es la que más crece y la preferida de los adolescentes", asegura el profesor de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Ferrán Lalueza en un comunicado de la universidad.



Instagram fue clasificada en 2017 en un estudio de la Royal Society for Public Health (RSPH) denominado #StatusOfMind, como la red social peor valorada por ser la que más afecta negativamente a la salud mental y el bienestar de los jóvenes. Le sigue Snapchat, Facebook, Twitter y YouTube.



De acuerdo con un estudio realizado por la UOC, en el que participaron esta medida fue pensada para reducir la presión social en los jóvenes a los que la sensación de ser valorados continuamente por otros usuarios les lleva a tener una preocupación constante por su propia imagen, por tener que estar conectados continuamente para no perderse nada, e incluso a exponerse al acoso, la ansiedad y los problemas para conciliar el sueño.



"La lógica de ser permanentemente validado y aprobado por los demás es una variable muy importante para los adolescentes, aunque no es la única", asegura el psicólogo y profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, José Ramón Ubieto.



"Las pantallas hicieron que aumente el narcisismo, al poner el 'yo' en primer lugar: nuestra imagen pasa a ser el principal emblema y esto puede tener efectos colaterales negativos: exhibicionismo, transformación de la intimidad y la privacidad, ciberacoso, amenazas, etc.", explica Ubieto. Así, asegura que esta nueva medida "reduce la hipertrofia del 'yo', este fenómeno narcisista en el que uno tiende a buscar los 'me gusta' y a hacer que todo el mundo sepa que los tiene y puede, además, reducir la angustia por tenerlos".



Por otra parte, Lalueza opina que la compañía tiene también otra intención con esta medida, que es la de no desanimar a los usuarios que tienen pocos seguidores o "me gusta", que "son la mayoría", para evitar que se conviertan en un usuario pasivo. "Si la mayoría se convierten en usuarios pasivos, en simples espectadores de los que no se pueden extraer informaciones valiosas, se pierden muchos datos, que es justamente lo que estas plataformas quieren atesorar y comercializar", señala.



El negocio de muchos artistas e influencers se mide en su visibilidad en Instagram, y muchos anunciantes dispuestos a pagar a esas personas utilizan el contador de “me gustas” como una métrica de visibilidad. Instagram admite que esta prueba alterará ese negocio, pero por una buena razón.



"Tomaremos decisiones que perjudiquen al negocio si ayudan al bienestar y la salud de las personas", dijo Adam Mosseri, el director ejecutivo de Instagram. Ocultar el contador de likes dará un respiro a la gente que vive obsesionada con él. Una obsesión que, por otro lado, la propia Instagram ayudó a crear cuando comenzó a implementar el concepto de “me gusta” de Facebook y lo convirtió en un corazón.



Al respecto, los especialistas coinciden en que creen que esta decisión les hará perder influencia "pero no porque las redes quieran poner fin a los 'likes'". "Están perdiendo credibilidad porque ya no se los considera independientes por su creciente dependencia de las marcas", señalaron.



Los "likes" y la forma en que nos relacionamos



A nivel fisológico, el hecho de ocultar los "me gusta" elimina la parte adictiva de la aplicación. Los "likes", las notificaciones e incluso los avisos de que llegado un nuevo mensaje de Whatsapp, suponen pequeñas descargas de dopamina, la llamada hormona de la felicidad. Esto, unido al hecho de que todas las redes sociales están diseñadas para ser adictivas, crea un hábito en el usuario de uso continuado, a favor de todas las redes sociales.



A nivel económico, los 'influencers' consideran que la eliminación definitiva de los "me gusta"' puede ser bueno, ya que ayudaría a la selección de cuentas con las marcas. Afirman que la interacción con la comunidad de seguidores es más importante. A todo esto, los datos estadísticos siempre estarán visibles y a disposición de la marca cuando los pida, al igual que ahora pasamos estadísticas también podremos pasar a cuánta gente ha gustado.



“Entendemos que los contadores de likes son importantes para muchos creadores, y estamos pensando activamente en formas de permitir a los creadores comunicar valor a sus socios”, añadieron desde Instagram.



Por último, a nivel sociológico, esta medida "podrá afectar a muchos aspectos que pueden confluir en el acto de publicar momentos vitales" en los ciudadanos, como señala la socióloga española, experta en Neurolingüística, Alicia Aradilla. Se podría desarrollar la denominada gula con la tecnología en forma de 'scroll' "el contenido es infinito, nunca acaba. Sería parecido al placer de comer por gula, sin hambre y sin poder parar de hacerlo", detalla la socióloga.



Por otra parte, provocaría un descenso en la sensación de adhesión al grupo. "Por ejemplo, si me das un 'like', parte del atractivo es que toda la comunidad pueda saber de ese gesto, si sólo lo sé yo al ver mis estadísticas, la motivación baja, porque de nuevo desaparece la proyección social, es decir, que los demás lo sepan también", asegura la socióloga.



"Sin sensación de adhesión al grupo, dejarán de interesarnos la vida ajena, por lo que es posible que nos centremos más en la nuestra, esto puede repercutirnos saludablemente", declara Aradilla. Según algunos estudios, actualmente la media de atención al teléfono diaria es de 5,18 horas al día mirándolo cien veces al día. CLARIN.COM



 


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