En Caleta Olivia

Angel confesó a la policía que mató a Rita Bejarano, pero luego lo negó ante el juez

A las 4:30 de ayer, policías de la División Delitos Complejos y Narcotráfico que se hallaban de guardia se vieron sorprendidos por la llegada de Cristian Angel, el novio de la docente asesinada probablemente el mismo día que desapareció, el 25 de octubre.


Caleta Olivia (agencia) El caso policial, de cambiantes circunstancias, volvió a generar la reacción de familiares de la víctima, quienes alrededor de las 9 acudieron hasta la Unidad Quinta de Bomberos para exigir que fuera detenido Guillermo Fernando Angel, un policía que se desempeña en esa unidad y que es hermano de Cristian. Lo acusaban de ser cómplice del homicidio, por lo cual tuvo que ser resguardado por razones de seguridad en otra dependencia no precisada.



Por la tarde hubo otra concentración en la plazoleta del Gorosito, donde hubo más expresiones de indignación ya que se tenía conocimiento de que a las 15, ante el juez Jorge Alonso y el fiscal Martín Sedán, el novio de Rita negó que fuera el asesino.



Además, argumentó que acudió a la División Delitos Complejos para pedir protección ya que temía por su vida debido a que era objeto de amenazas, según dichos que fueron revelados a Diario Patagónico por fuentes judiciales.



EL CASO



Cabe recordar que el cuerpo sin vida de Rita Bejarano fue hallado el lunes 10 de noviembre en proximidades del paraje La Lobería, en una zanja que corre paralela a la traza en construcción de la autovía, a metros del viejo trazado de la Ruta 3.



La autopsia determinó que la habían estrangulado y también presentaba signos de fuertes golpes en su cabeza. La última persona que dijo haberla visto con vida, el 25 de octubre, fue su novio Cristian Angel, de 32 años, quien manifestó a la policía que Rita le contó que se iría de compras con una amiga a Comodoro Rivadavia.



Al tercer día, como no respondía llamados de familiares y amigos, comenzaron a buscarla y se estructuró un amplio rastrillaje por playas y descampados cercanos a Caleta, hasta que su cuerpo fue hallado por operarios de una empresa particular que realizaban tendido de cables de fibra óptica.



El sospechoso, en declaraciones exclusivas que realizó a Diario Patagónico cuando se realizaba la búsqueda, aseguró que no tenía nada que ver con la desaparición de la mujer y que nunca le había levantado la mano, como afirmaban amigas de la docente.



El juez de instrucción, Jorge Alonso, nunca lo había llamado a declarar, aunque había ordenado dos allanamientos a casas ubicada en el barrio San Cayetano, disponiendo además la incautación del auto que utilizaba como remisero.



¿DOBLE



ARREPENTIMIENTO?



Cristian Angel se presentó a las 4:30 de ayer en la División Delitos Complejos, acompañado por otro hombre y una mujer (presuntamente familiares). Las fuentes de extrema confianza aseguraron a este medio que se hallaba emocionalmente deprimido y quebrado.



"Yo maté a Rita, se me fue la mano y me mandé la cagada”, habrían sido sus dichos, por lo cual el personal de esa dependencia comunicó de inmediato la novedad al juez Alonso y éste dispuso que fuera enviado a la alcaidía, donde permaneció aislado e incomunicado, tal como lo informara en forma exclusiva este medio periodístico en su página web.



Se presume que Cristian se sintió presionado por el avance de las investigaciones policiales que indicaban que en el baúl de su auto se hallaron cabellos que supuestamente pertenecían a Rita.



Además, los familiares de la víctima afirmaron que en el cuerpo de la docente se halló ADN de dos personas y que los análisis del mismo podrían determinar de un momento a otro que iba a conocer la verdad.



A las 14 fue trasladado al despacho del juez Alonso, en medio de un fuerte operativo de seguridad, y una hora más tarde el magistrado, junto al fiscal Martín Sedán, lo sometieron a declaración indagatoria.



Sorpresivamente, Angel cambió radicalmente los dichos que había formulado ante los policías en horas de la madrugada.



Esta vez se declaró inocente del homicidio y dijo que había ido a la División Delitos Complejos para pedir protección porque fue amenazado, aunque no se conocieron otros detalles de sus argumentos.



De todos modos, el juez dispuso que continuara detenido, ahora en calidad de comunicado, hasta que se resuelva su situación procesal.



SOSPECHAN



DEL HERMANO



Los hermanos, hijos y nietos de Rita Bejarano, también tienen firmes sospechas de que el hermano de Cristian, Guillermo Fernando Angel, un policía que presta servicios en la Unidad Quinta de Bomberos, está seriamente involucrado en este crimen.



Sus fundamentos radican en que, de acuerdo a los comentarios que hicieron a Diario Patagónico, el bombero no participó de los intensos rastrillajes que se hicieron para hallar a la mujer.



Sin embargo les llamó la atención que cuando se iniciaba el operativo que involucró a unas 200 personas, se presentó en la Dirección de Protección Civil (que fue el punto de encuentro) para preguntar insistentemente hacia donde se orientaría la búsqueda y si iban a allanar nuevamente la casa de Cristian.



Fue por ello que ayer hubo una manifestación frente a la dependencia bomberil por parte de los familiares de la docente y ello obligó a que Guillermo Fernando fuera resguardado en una dependencia policial no precisada, en tanto que el juez Alonso aseguró a este medio que él no había impartido directivas al respecto.
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