Caso Nisman

Pasó un mes y no se sabe cómo murió

No hay aún en la investigación algún indicio claro que pueda definir si fue suicidio o asesinato.


La investigación de la muerte del fiscal
Alberto Nisman entra en su sexta semana sin que las autoridades judiciales a
cargo de la misma parezcan contar con algún indicio firme acerca de si se trató
de un homicidio o de un suicidio y, en este caso, si fue o no instigado.




Las expectativas están puestas ahora en la declaración testimonial del ex
director de Análisis de la Secretaría de Inteligencia (SI, ex Side) Alberto
Massino, a quien el ex director de Operaciones del organismo, Antonio "Jaime”
Stiuso, señaló en su declaración testimonial como quien tenía en su poder el
teléfono con el que Nisman se comunicó el sábado 17 de enero, un día antes de
su misteriosa muerte.




También la atención se centrará en el informe escrito que los peritos de la ex
esposa de Nisman prometieron presentar esta semana con observaciones técnicas
que avalarían las críticas hechas por Sandra Arroyo Salgado sobre el curso de
la investigación a cargo de la fiscal Viviana Fein y la jueza Fabiana
Palmaghini.




"Oportunamente será convocado”, dijo el viernes la fiscal Fein por medio de un
comunicado, sin nombrarlo, en referencia a Massino, después de asegurar que
durante "toda la investigación” ella "preservó el contenido de todas” las
declaraciones testimoniales, y subrayar que "le llama poderosamente la
atención” que se hayan difundido, por distintos medios, detalles de la
declaración testimonial de Stiuso.




En su declaración del martes pasado, Stiuso, ex hombre fuerte de la SI y
colaborador directo de Nisman en la investigación de la causa Amia, dijo que
muchos de los teléfonos a su nombre (tenía 277 celulares) los usaban otros
agentes.


También afirmó que algunas de las llamadas que
se detectaron del teléfono de Nisman el día anterior a su muerte habían sido
hechas a un celular suyo que estaba en poder de Massino, un hombre cercano a
él.




Sin embargo, Stiuso admitió en su declaración hecha sólo ante la fiscal Fein,
que a su teléfono también llegaron llamadas de Nisman el sábado 17, pero que él
no los había escuchado porque "tenía el volumen bajo”.




Fuentes judiciales indicaron que, según los registros incorporados a la causa,
que ya acumula alrededor de 1.500 fojas, la última llamada de Nisman a un
teléfono de Stiuso fue el sábado a las 18.25.


La hora es entre la primera y la segunda visita
del técnico informático Diego Lagomarsino, empleado del fiscal. En la segunda
visita Lagomarsino, a quien Stiuso dijo desconocer, le llevó la pistola Bersa
calibre 22 que le había pedido Nisman y de la que partió el disparo mortal.




En medio de la investigación, el martes pasado, una "testigo público” del
procedimiento en el departamento de Nisman, la noche del domingo 18, una vez
encontrado su cuerpo sin vida, denunció periodísticamente presuntas graves
irregularidades que se habrían cometido y que, de comprobarse, invalidarían
muchas de las pruebas recogidas en el procedimiento.


Los dichos de Natalia Fernández, de 26 años,
camarera de un restaurante de Puerto Madero que fue llevada como "testigo
público” por efectivos de la Prefectura, molestaron sobremanera a la fiscal.




Citada el jueves a declarar bajo juramento de decir la verdad, ante la fiscal y
abogados de Lagomarsino y de Arroyo Salgado, Natalia Fernández "modificó su
relato” respecto de las declaraciones que había hecho a medios de comunicación,
señaló el comunicado del viernes de la fiscalía. Aunque el mismo jueves su
abogado, Sebastián Smoler, había dicho que los ratificó.




La aparición de este tipo de testimonios parecen no hacer otra cosa que
complicar aún más la investigación, a la que como parte querellante Arroyo
Salgado volvió a cuestionar la semana pasada, como lo había hecho el jueves 12
ante la audiencia pública convocada por la oposición en el Congreso.


"No están dadas las garantías como para que se
realice una investigación totalmente imparcial, sin riesgos, para cumplir con
la búsqueda de la justicia”, dijo.




La ex esposa de Nisman hizo esta afirmación el jueves a una radio porteña,
luego de que el miércoles se reuniera por segunda vez desde la muerte de su ex
marido con el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti.


Arroyo Salgado volvió a reforzar su hipótesis
implícita de que se trató de un asesinato: "De ningún modo admito esa
posibilidad (de un suicidio) y mucho menos con un arma de por medio”. Reclamó
nuevamente que ya mismo intervenga en la investigación un veedor designado por
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, un reclamo al que, con
seguridad, aportará argumentos el informe que presentarán sus peritos esta
semana.


 


 


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