Caso Angeles

Nuevos aportes forenses en el crimen de Ángeles

El cuerpo pudo haber estado inmóvil y boca arriba entre cuatro y diez horas después del crimen


El cuerpo de Ángeles Rawson pudo haber estado
inmóvil y boca arriba entre cuatro y diez horas después del crimen, hasta que
fue acondicionado y movido para ser descartado, según declararon en el juicio
los médicos forenses que hicieron la reautopsia. Los médicos forenses Roberto
Cohen y Oscar Lossetti destacaron ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9
que, pese a que en la autopsia se informaba que no había, ellos detectaron en
el cadáver de Angeles "livideces cadavéricas”.


Las livideces son las manchas que aparecen en
los cadáveres por la acumulación de sangre de acuerdo a la posición en la que
quedó un cuerpo, y en el caso de Ángeles, los dos tanatólogos mencionaron del
tipo "ventrales, dorsales y laterales”. Para Cohen la "transposición de
livideces” que vio en Ángeles le hizo concluir que la víctima "después de
fallecida estuvo en decúbito dorsal” (boca arriba) por un lapso de "entre
cuatro y diez horas” y luego cambiaron de posición el cuerpo probablemente para
acondicionarlo para su descarte. Incluso, Cohen dijo que si bien el cuerpo
presentaba "tres tipos distintos de ligaduras, hilo sisal al cuello, soga en
abdomen y piernas y una cinta plástica de confitería en tobillos-, todas fueron
post mortem y con el mismo fin de acondicionar el cuerpo para su descarte.


Cómo y dónde fue descartado el cuerpo de
Ángeles es uno de los puntos que la instrucción del juez Javier Ríos y la
fiscal Paula Asaro nunca pudo aclarar en la acusación que llevó a juicio al
portero Jorge Mangeri (47). Lo declarado ayer por el forense Cohen hace suponer
que en caso de confirmarse su autoría, Mangeri pudo haber dejado el cadáver de
Ángeles boca arriba y luego lo ocultó en algún sitio del edificio.


 


 


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