Peralta, en pie de guerra y buscando apoyo

Totalmente enemistado del Gobierno nacional, distanciado de los intendentes y sin el apoyo de los diputados, el mandatario decidió dar batalla en lo político, buscando apoyo en los gremios y pequeños sectores políticos. ¿Le alcanzará?

 

Pocas veces en la historia política de Santa Cruz se ha vivido una crisis política como la que hoy nos toca vivir y nada es ora de la casualidad.

La guerra que se libró entre el Gobierno nacional y el gobernador Peralta mantiene en vilo a la provincia, porque esa guerra parece ser consecuencia de una crisis económica que generó el propio Peralta con cinco años de gestión en la que la pésima administración y el descontrol a la hora de manejar fondos públicos fueron moneda corriente.

El problema es que hoy ya no sólo Santa Cruz está en crisis, sino el mismísimo gobernador, quien sufre los peores embates del Gobierno nacional y observa casi con asombro el alejamiento de los intendentes y diputados que hasta hace poco tiempo atrás le extendían la mano.

 

En pie de guerra

Luego de pasar largas semanas tratando de evitar un enfrentamiento, desde la semana pasada el gobernador decidió dar batalla, quizás sabiendo que su final estaba prácticamente cantado si no lo hacía.

Entonces, cambió su postura, decidió buscar apoyo incluso hasta en quienes tiempo atrás fueron sus más acérrimos enemigos políticos, y salió a plantarse para darle batalla al Gobierno nacional de Cristina Fernández.

Con declaraciones explosivas y tratando de mostrar una firmeza envidiable para la inesperada situación política que la toca vivir, el mandatario pasa los días más difíciles de su carrera, tratando de resistir en su cargo pase lo que pase.

Para eso, convocó a gremios que en su momento supo demonizar e hizo su mejor esfuerzo para ponerlos de su lado, seguramente sabiendo que en esta guerra vale todo a la hora de sobrevivir.

Denunció el ahogo financiero que sufre por parte del Gobierno nacional, blanqueó el quiebre en su relación con el ministro De Vido y responsabilizó a los diputados por lo que pueda pasar si no aprueban su pedido de empréstito.

 

Ayer Peralta volvió al CePARD. Gimnasio que supo utilizar casi a diario durante su campaña política para las elecciones del año pasado en Santa Cruz.

Pero esta vez lo hizo citando a sus cargos políticos y tomándoles asistencia, para asegurarse un recinto lleno de gente que aplauda su discurso.

Allí, el gobernador intentó una movida para no dormir con el enemigo, dándole la oportunidad de renunciar a quienes decidan no acompañarlo, aunque bien sabe él que nadie sería tan sonso y sincero como para perder su trabajo por eso.

Peralta sabe que no la tendrá nada fácil, que deberá gestionar todo lo que no gestionó durante estos últimos cinco años de gestión y que deberá idear una salida para la crisis económica que se vive ante un panorama en el que todo indica que no le darán la posibilidad de tomar su sexto préstamo para afrontar lo que resta del año y el comienzo de 2013.

Hoy cualquiera sabe que Peralta es conciente que difícilmente le aprueben el pedido de empréstito que envió a la Cámara, pero lo que nadie sabe es el “plan B” que a esta altura ya debería estar ideando el gobernador, con el Ministro Ivovich, para salir adelante.

Este fin de mes vuelve a llegar con la incertidumbre en cuanto al pago de sueldos y con un panorama totalmente incierto en medio de una guerra en la que el gobernador está cada vez más solo. (El Diario Nuevo Día)

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