Política Nacional

Ernesto Sanz: “De nada sirve quedarse a cuidar la quintita cuando se trata de cambiar”

El senador nacional mendocino y uno de los presidenciables de UNEN ratificó su aspiración a conformar “una gran primaria” de las fuerzas opositoras para poder derrotar al kirchnernismo. “Nadie tiene que andar mezclándose” grafica.


El titular de la UCR y precandidato presidencial del Frente Amplio UNEN, Ernesto Sanz, ratificó su intención de "persuadir” a los dirigentes de su partido y de las otras fuerzas de la coalición para participar de una "gran primaria opositora” para enfrentar al kirchnerismo.



"De nada sirve quedarse a cuidar la quintita cuando se trata de cambiar”, aseguró el senador mendocino, quien insistió con la idea de avanzar en un "acuerdo más amplio” con el resto de las fuerzas de oposición a nivel nacional, como Pro y el Frente Renovador.



En una entrevista desde Cariló, donde se tomó unos días de descanso antes de retomar la campaña, Sanz aclaró que "cada uno tiene que conservar su identidad y nadie tiene que andar mezclándose”, por lo que desechó la posibilidad de integrar una fórmula presidencial con un candidato por fuera de FA-UNEN, como Mauricio Macri. 



- ¿Qué expectativas tiene para la Convención Nacional de la UCR?






- La Convención Nacional va a ratificar una política de acuerdos a nivel territorial, pero también va a discutir liderar un proyecto opositor que se constituya en gobierno nacional. Cuando termine el 2015, la UCR será el partido opositor que tenga más gobernadores, intendentes y legisladores nacionales.






- ¿Pero esa posición no dejaría en segundo plano la pelea por la Presidencia?






- Una cosa no excluye la otra. No es que se trate solamente de ganar provincias, sino de ganar todo. Pero hay que tener estrategias a nivel provincial de acuerdos amplios y la apertura nacional de tener un acuerdo más amplio que permita competir con una fórmula radical, pero en el marco de una coalición que sea competitiva y que pueda ganar.



De nada sirve, a nivel nacional, quedarse a cuidar la quintita, cuando en verdad de lo que se trata es de cambiar. El 70 por ciento de los argentinos está pidiendo cambios. Y la oposición tiene que ser coherente con ese pedido.






- ¿Eso incluye la idea de una gran interna opositora?






- Lo primero que debería haber es un acuerdo de gobernabilidad. Prefiero hablar de acuerdos entre fuerzas políticas que quieran el cambio, y además mayorías parlamentarias para sostener ese gobierno. Si esto es así, es mucho más fácil luego resolver lo electoral, que pasaría por definir las candidaturas presidenciales en una gran primaria.






- Si esto se acordara en la Convención del radicalismo, ¿cómo quedaría FA-UNEN? Hay dirigentes que rechazan ir en esa dirección.






- Entiendo que haya rechazo, pero la política es tratar de convencer a los demás. Hay una gran tarea de persuasión que tenemos que hacer. El kirchnerismo puede ganar en Argentina por dos razones: porque meta miedo o por fragmentación de la oposición. Esa fragmentación ya fue un modelo en 2011. No quiero que esto vuelva a suceder en 2015.






- ¿Esa decisión podría implicar la integración de un binomio presidencial con un candidato de otra fuerza?






- No. Si hubiera un gran acuerdo, cada uno tiene que conservar su identidad, y nadie tiene que andar mezclándose. No se trata de mezclarse o de buscar candidaturas a vice.



En mi caso, me pasé todo el 2014 desmintiendo eso y lo voy a seguir haciendo. Quiero ser candidato a presidente y voy a competir, pero en el marco de un espacio que sea competitivo, que le pueda ganar al kirchnerismo y transformar el país.






- ¿Por qué cree que el Gobierno no lo quiere a Daniel Scioli?






- Lo que me preocupa del affaire de Scioli y el kirchnerismo no es tanto la cuestión las peleas, sino la concepción de lo que hay detrás del debate, eso de ‘o se está con el Gobierno o con el enemigo’, que esconde la verdadera filosofía que ha impregnado al kirchnerismo en estos años: la división de la Argentina.






Además de eso, el kirchnerismo nos va a dejar otras dos herencias que son muy potentes y negativas: una economía que ha desaprovechado oportunidades, y que hoy está estancada, con recesión, inflación y desempleo, y una calidad institucional por el piso, como hacía mucho tiempo que la Argentina no tenía. 






- ¿Cómo ve a la presidenta Cristina Fernández en el último año de su mandato?






- El kirchnerismo ha venido de más a menos, y cada año ha sido, a partir de una bisagra, que fue el 2006, 2007, peor que el anterior. Las familias argentinas, al final del 2014 viven peor que en 2013, con menos recursos económicos, más inseguridad, las instituciones y las leyes más deterioradas.



El Gobierno se ha convertido en un gran freno que nos impide avanzar. Se les han agotado las ideas.


Fuente Los Andes
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