Politica

El que se enoja pierde

Hay mucha gente contrariada por el resultado de las PASO, y en particular por la sorprendente cantidad de votos que recibió MáximoKirchner. Sienten que una parte de la sociedad no se da cuenta de que está eligiendo en detrimento de su propio bienestar e intereses.


O peor, se
da cuenta pero ”igual los vota”.


Siempre hay
razones atendibles a la hora de explicar la conducta del electorado que se
compartan o no, ayudan a digerir un resultado.


La primera,
aunque resulte obvia, es que hay una parte de la sociedad que no quiere cambiar
el statu quo, ni el propio, ni el ajeno, ni el del gobierno.


En cuanto a
Máximo no puede soslayarse que como a todo hijo de un presidente al jefe de La
Cámpora lo envuelve cierto aura de poder que genera atracción. En este caso,
hijo de dos presidentes.


Transformado
en una figura mediática por quienes lo ensalzaron hasta la adoración, y
por quienes con denuncias infundadas pretendieron defenestrarlo y
terminaron victimizándolo. Y los encuestadores falaces o
improvisados que le atribuían "una alta imagen negativa en su provincia”
quienes, por la salud de la democracia deberían explicar ahora semejante
margen de error.


En el
nombre del padre


En campaña
fugaz Máximo recorrió ciudades del interior y supo mostrar eficazmente en
las redes sociales su gira proselitista. Aún en Río Gallegos donde solo se
mostró sobre el final de la campaña, y con cuidadosa humildad. El horno no
estaba para bollos.


Con un
discurso anacrónico y efectista apeló al sentimiento kirchnerista en el nombre
del padre, de quien heredó no solo su parecido físico y sus ademanes ampulosos
sino también su práctica del cuerpo a cuerpo con abrazos afectuosos y
desplantes lacerantes.


EL padre del
candidato gobernó dos décadas Santa Cruz y enhebró con astucia la cadena
de favores, que se pagan. Máximo heredó las regalías de esa siembra que
perdurará por años en la provincia.


Por otra
parte ya se sabe, el aparato estatal en manos del kirchnerismo en campaña es
brutal, no ahorra en recursos públicos a la hora de salir a captar votos.
Dádivas y promesas, canilla libre.


La
propaganda sin limites por los medios públicos, y las entrevistas pagas de los
candidatos del FPV en los medios privados dan un nivel de visibilidad y llegada
al electorado que un candidato de la oposición no alcanzaría ni arrojando
panfletos sobre la ciudad desde un Hércules un lunes al mediodía.


El
resultado de las PASO tiene una lectura fría que dictan los números, y
otra política, de libre interpretación hasta lo inimaginable.


El frente
Unión Para Vivir Mejor superó por tres puntos y medio al Frente para al
Victoria. Final, a las duchas. Cada uno a su casa.


No es verdad
que Máximo "fue el candidato mas votado”


A diferencia
de él que encabezó lista única, sus adversarios fueron en un frente que en la
disputa interna dividió los votos por dos, por eso como en toda interna se
supone que los votos pertenecen al partido o frente que los contiene.


La tracción
de Scioli es un dato inapelable sobre todo porque el bonaerense sacó mas votos
(cerca de siete mil) que Máximo, que era el único candidato a diputado
nacional que llevaba adherido en su boleta.


Además el
resultado de toda elección son el producto de aciertos y errores de unos y
otros, fortalezas y debilidades. La falta de un candidato de peso en zona
norte del frente opositor, favoreció al oficialismo.


De todos
modos los votos cosechados por Máximo Kirchner en su debut electoral son
mas que auspiciosos de cara a octubre.


Como también
es alentador para el frente liderado por Eduardo Costa haber ganado, pero sobre
todo, doblado en votos al kirchnerismo en la capital provincial.


Ambos tienen
ahora el mapa electoral en la cabeza. El FPV deberá recuperar votos en la
hostil Río Gallegos, y Eduardo Costa deberá profundizar su presencia en el
interior.


El tiempo es
escaso, las PASO fueron la mejor encuesta pero no sirven para ganar, menos si
se las distorsiona para calmar ansiedades o alimentar euforias.


 

Fuente Hectorbarabino.com
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