Historias de Patagonia: Conociendo al gobernador Mackinlay Zapiola

“Pero como que se fue a esquilar…? Si es el comisario de Camusu Aike“ pregunta a los gritos Matías Mackinlay Zapiola, por entonces gobernador del Territorio Nacional de Santa Cruz.

*Mario Novack 





La escena transcurre en los últimos días de octubre de 1902 en la sede de la gobernación y hace referencia al abandono de la reserva tehuelche por parte del cacique, a la vez comisario, en ese extraño proceso de domesticación sufrido por los habitantes originarios. Cuando no comisarios, eran también designados coroneles o sargentos mayores en varios casos como los de Manuel Namuncurá, por ejemplo.



Río Gallegos es por entonces un modesto caserío despoblado de vegetación con aromas de hollín de carbón y rancios aromas de la recientemente instalada grasería “La Blanca” que procesa productos ovinos.



El establecimiento será con posterioridad transformado en un importante frigorífico de la región que marcará durante mucho tiempo el ritmo de la vida social y laboral de la pequeña capital santacruceña. 



Mackinlay Zapiola es el cuarto gobernador territorial y ha llegado en reemplazo del general Edelmiro Mayer que falleciera tras sufrir un “infarto cerebral”, denominación dada por entonces al accidente cerebrovascular.



Fue un personaje dinámico para la época, planteando la defensa de su gestión y no faltaron enfrentamientos con el gobierno central. Antes de asumir en la gobernación dirigía el periódico “El Cóndor” en la ciudad de San Martín, provincia de Buenos Aires.



 





“Vamos a terminar definitivamente con las inundaciones en Río Gallegos” anunciaba efusivamente al finalizar el año 1.899 en oportunidad de producirse los deshielos de la salida del invierno. Es así como enérgicamente remitió una comunicación al gobierno nacional.  



Río Gallegos, Marzo 14 de 1900.

A S.E. el señor Ministro del Interior, Doctor Don Felipe Jofre.

Tengo el honor de dirigirme á V.E. poniendo en su conocimiento que el año ppdo. con motivo de los deshielos y aguas pluviales de ésta Capital, como el pueblo de Santa Cruz, sufrieron perjuicios lamentables que creo conveniente reprimir en lo posible el presente año.

Por Ley 25 de agosto de 1899, el H. Congreso de la Nación autorizó un sorteo de una Lotería especial denominada “Auxilios de los Inundados”, destinando sus beneficios a salvar los perjudicados por las inundaciones.

Esta Gobernación procedió según su criterio a abrir desagües por varias calles del pueblo dando salida al mar a las aguas producidas por el deshielo, lo que salvó en gran parte perjuicios a los edificios de ésta capital, no habiendo sucedido así en Santa Cruz, donde algunos de sus pobladores tuvieron la desgracia de perder sus viviendas.

A fin de salvar los perjuicios enumerados me permito rogar a V.E. quiera autorizar a ésta Gobernación para invertir el saldo de la parte que le corresponda en dicha Lotería en la nivelación de esta Capital y el Pueblo de Santa Cruz.

Espero que V.E. que, en atención a las justas razones expuestas, accederá al pedido formulado.

Saluda á V.E. atte 



Fue un hombre de acción sin duda alguna, característica que mostrará además en oportunidad de reclamar los fondos necesarios para el funcionamiento del estado y sus reparticiones. 





Rio Gallegos   Marzo 28 de 1901

A S.E. el Señor Ministro del Interior

Acuso recibo de la atenta de V.E. fecha 10 de Diciembre del año ppdo y que recién llega á mi poder

El procedimiento indicado por V.E. para la inversión de la partida de gastos de los Territorios Nacionales, según mi humilde opinión afecta grandemente la buena administración sobre todo la de este Territorio. Empezaré por llamar la atención de V.E., que con fecha 10 de diciembre del año ppdo, fue expedida la citada nota, y para llegar á su destino ha necesitado tres meses y 18 días; dado el caso de proceder de acuerdo con lo resuelto por V.E. necesitaría, probablemente otros tres ó cuatro meses para que V.E. reciba mi nota y o la respuesta.



Que habrá pasado, Señor Ministro? Que los presos no habrán podido alimentarse, los enfermos no habrán podido curarse y los caballos de la Policía se habrán muerto por falta de forraje.



Habremos tenido necesidad de permanecer a obscuras y poco menos que muertos de frio esperando la resolución de V.E.

Demos por admitido el caso que las facilidades de comunicación las tuviéramos; cree que el Señor Ministro que la Gobernación puede tener caballos sin alimentarlos? Empleados bajo unas temperaturas de 28º Cent bajo cero sin fuego? Y sin luz? No cree el Señor Ministro que una Gobernación tiene que comprar papel, plumas, etc sin necesidad de solicitar permiso.



Aparte de estas consideraciones tendría muchas otras que me permito no tomarlas en consideración, pues ellas no escaparan al sano criterio de V.E.



El caso más grave en la resolucion de V.E. es saber si el Señor Ministro no tiene confianza en los Señores Gobernadores y necesita controlarlas hasta en el té con leche que toman los empleados en este caso sería más decoroso para mí, que el Señor Ministro me hiciera la más ligera insinuación para poner á su disposición el puesto que se me ha confiado; ó que V.E. autorizado por la Ley 1532 Art 6º nos exonere del cargo.



Declararé á V.E. que la ley citada Artº 8 establece lo siguiente: Recibe (el Gobernador) las asignaciones del Presupuesto y las invierte con sujeción á la Ley rindiendo mensualmente cuenta de su inversión.



Es fuera de duda que la ley ha querido fiscalizar la inversión de los dineros públicos, pero creo  no justo que esta fiscalización sea á priori cuando existe la establecida por la Ley de Contabilidad y que es a posteriori.



Me permito Señor Ministro, solicitar de V.E. que de acuerdo con la Ley citada se mande liquidar las partidas que a cada Gobernación corresponden no solo para dar cumplimiento á la ley, sino por buena administración y decoro de los Gobernadores.

Saluda á V.E. atte. 



Río Gallegos   Abril 8 de 1901



Fue también un dirigente que se comprometió con el mandato de la soberanía nacional. Prueba de ello fue el envío a fines de octubre de 1900, de una expedición compuesta por 13 hombres hacia el seno Última Esperanza, en el actual territorio de Chile, quienes ocuparon el sitio en el cual el gobierno chileno fundó luego (en 1911) la ciudad de Puerto Natales, izando el pabellón argentino. Como la Comandancia del Apostadero Naval de Punta Arenas envió al escampavía Huemul, el 16 de noviembre de 1900 se produjo la retirada del contingente argentino, sin enfrentamientos. 



Tampoco le faltaron los enfrentamientos con algunos inmigrantes que manifestaban sus críticas al gobierno argentino. Por ejemplo en el caso de Rogelio Figueroa, un chileno llegado a la Argentina de la mano del ganadero Victoriano Rivera, el del mítico palacio en la ría del Río Gallegos.





Figueroa instaló su hotel en Puerto Coyle, en el año 1900 y tuvo un próspero desarrollo en el entonces pujante pueblo. Pero su obstinación de meterse en temas ajenos le acarrearon muchos inconvenientes, entre ellos con la policía de Santa Cruz.

“El asunto concluyó en manos del Gobernador del Territorio, Matías Mackinlay Zapiola, quien dispuso su expulsión de suelo argentino "por ser perjudicial a los vecinos". En su determinación la autoridad había tenido en cuenta una carta que Figueroa había enviado a un diario de Punta Arenas dando cuenta del hecho en que se había involucrado, aseverando que las autoridades argentinas "eran salvajes". Así las cosas, nada le quedaba por hacer. Malvendió a crédito sus bienes -dinero que nunca recibiría- y por una vez más debió emigrar, ahora nuevamente a Magallanes.



También se lo recuerda por su negativa a cerrar o trasladar los “prostíbulos” que ya comenzaban a crecer en la ciudad. Manifestó que “el índice de delitos no es elocuente y que se trataba de una actividad que se desarrollaba en muchos lugares del país y mal que le pese a las “Damas del Pueblo” ( firmantes de la petición ) esta actividad va a proseguir”. 



Matías Mackinlay Zapiola desarrolló su actividad en una naciente ocupación territorial de una región en disputa permanente. Quizás la historia no lo rescate en toda su dimensión, pero enumeramos algunos logros de su gestión al frente del gobierno santacruceño.



Durante su mandato, se instalaron la banca pública y privada, llegó la línea telegráfica al territorio, se suprimió la aduana, se instaló un juzgado y se construyó una cárcel, al tiempo que los centros poblados crecían y se desarrollaban. El 11 de enero de 1898, a través de un decreto se creó la reserva indígena Camusu Aike de 50.000 hectáreas, ubicada sobre la margen izquierda del brazo norte del río Coyle. En 1899 recibió al presidente Julio Argentino Roca, quien se dirigía al Estrecho de Magallanes para encabezar el Abrazo del Estrecho junto a su par chileno. También gestionó los aportes para la construcción de la Iglesia Catedral, frente a la Plaza San Martín.