Historias de Patagonia: Se cumplen 19 años de una tragedia aérea en Río Gallegos

La aeronave impacta buscando la pista de aterrizaje del Aeropuerto de Río Gallegos y va sembrando a su paso cuerpos y elementos de los tripulantes. Es un 13 de febrero del año 2003 y la tragedia comienza a desarrollarse

*Mario Novack



Son las 22.03 de esa noche lluviosa en la capital de la provincia de Santa Cruz, en la que un avión Pipper piloteado por Jorge Vega busca aterrizar luego que le fuese negada la alternativa de hacerlo en el aeródromo de Río Chico.



Víspera del “Día de los Enamorados”, en que Jorge saludaría a Isabel, su esposa con la que construyó su vida después de conocerse al inicio de la década del 80. Ella sigue manteniendo su acento litoraleño, correntino para ser más exactos.



Historia de compañerismo y emprendedores la de ambos. Jorge Vega había tenido una participación destacada durante la guerra de Malvinas. Formaba parte del “Escuadrón Fenix-Grupo Langosta”, unidad operativa  constituida con una gran variedad de aeronaves de distintas capacidades técnicas, con pilotos civiles en su mayoría.



Asimismo amparó al Personal Civil convocado para la guerra con el otorgamiento de un grado militar (Convenio III de Ginebra), en función de su aptitud profesional, Pilotos, Alféreces “en comisión” (Oficiales del Escalafón Aire), Técnicos y Mecánicos, Cabos “en comisión” (Suboficiales del Escalafón Técnico), Personal Militar Retirado y Personal Militar de la Reserva de las tres FFAA. con su grado correspondiente, Personal Civil de la Fuerza Aérea Argentina, y Personal de las Fuerzas de Seguridad. 



Jorge Vega tenía esa pasión por el aire y la desarrollaba en cada momento. Ese jueves el destino lo llevaría a lo que sería su último vuelo a bordo del Pipper , partiendo junto a Carlos “Freddy” Fhur, también piloto y al buzo Sergio Bondarenko con su equipo, hasta la estancia Cerro Buenos Aires, distante 157 millas náuticas desde Río Gallegos, con un tiempo de vuelo fue 01:40 horas. según reza el informe técnico.



El tiempo de vuelo fue 01:40 horas. El regreso lo inició desde la estancia a las 20:15 horas, en condiciones de vuelo instrumental (IMC). A las 21:25 horas, aproximadamente, ya en condiciones de vuelo nocturno, bajo reglas de vuelo por instrumentos y condiciones de vuelo instrumentales, el piloto se comunicó con Río Gallegos Torre, solicitando operar en Río Chico. 



El  Controlador  de  Tránsito  Aéreo  no  lo  autorizó,  debido  a  que  el  mencionado  aeródromo  no  está  habilitado  para  operaciones  nocturnas,  por  lo  cual  lo  instruyó  para  cumplimentar  el  procedimiento  de aterrizaje para  pista  del Aeropuerto Río Gallegos. Después de haber notificado el VOR GAL, el piloto habría iniciado el procedimiento para informar, finalmente, que se encontraba a 4 millas náuticas en aproximación final para la pista 25. Esta fue la última comunicación con el piloto de la aeronave. 







La misma fue localizada posteriormente a unos 1200 m al norte de la pista 07/25. El piloto fue encontrado aún con vida y falleció en el hospital dos horas después. Los dos acompañantes perecieron inmediatamente. El accidente ocurrió de noche. La visibilidad estaba reducida por lloviznas y neblinas, según consigna el informe de la Junta de Accidentes Aéreos.



El accidente ocurrió a una distancia de 1.200 m, aproximadamente, lateral a la mitad de la pista y al norte de ésta. El terreno es tipo estepa con escasa vegetación y abundante canto rodado y de consistencia dura. La superficie es lisa y con algunos desniveles suaves. El accidente ocurrió a unos 250 m al este de las instalaciones de la Base de la Fuerza Aérea.



En el primer toque de la aeronave sobre el terreno se observan las marcas del tren principal e inmediatamente las huellas del golpe violento de la parte ventral de la aeronave y las alas. En  el  segundo  impacto,  a  una  distancia  de  55,80  m  del  primero,  se  desprendió  la  hélice, el extremo del ala izquierda golpeó contra el suelo haciendo que el borde de ataque se doble hacia abajo. A  85,20  metros  del  primer  impacto,  el  ala  izquierda  se  desprendió  completamente  del fuselaje, desde la raíz. Posteriormente  y  a  unos  100  metros  se  desprendió  el  ala  derecha,  quedando  un  tramo de 80 cm desde la raíz, unido al fuselaje. Junto al ala se arrancó el tanque de combustible.  El fuselaje con el piloto y el acompañante en el interior quedó a 126,85 m desde el primer impacto.



Los  elementos del buzo Bondarenko sueltos  en  la  cabina,  los  tres  tubos  de  oxígeno  y  otros objetos menores (herramientas) salieron despedidos, por efecto de la desaceleración violenta.  Los  restos  de  mayor  tamaño  del  fuselaje  quedaron  orientados  con  rumbo  general  102º. Cuando llegaron los primeros socorristas no se observaron restos de combustible en los tanques, ni se percibía el olor característico del mismo.





El acompañante y el pasajero fallecieron en forma instantánea. El piloto falleció en el hospital de Río Gallegos. En la autopsia del mismo las consideraciones médico legales dicen: 1)   “Las  lesiones  sufridas  por  la  víctima  fueron  consecuencia  del  impacto  del  avión contra una superficie dura (tierra, pavimento etc.)” (sic) 2)   “La  herida  descripta  en  el  miembro  inferior  derecho  como  fractura  expuesta,  provocó la ruptura de la arteria tibial, vaso sanguíneo importante que provocó una  hemorragia  persistente  y  prolongada.  Esto  le  permitió  al  nombrado  una  sobrevida  prolongada,  falleciendo  en  el  Hospital  Regional  posteriormente.  Aunque era lo suficientemente grave como para perder la vida.” (sic) .Conclusiones       médico       legales       “El  fallecimiento  del  piloto  se  debió  a  hemorragia  arterial  grave  como  consecuencia  de  fractura  expuesta  del  miembro  inferior  derecho,  consecuencia  de  politraumatismos recibidos en accidente aéreo”.



Los  arneses de seguridad del piloto y del acompañante resistieron los impactos, re-teniéndolos en sus asientos. El pasajero sentado atrás, no tenía colocado el cinturón de seguridad por lo cual, al final del desplazamiento del avión, salió despedido de la cabina y quedó tendido en el piso a unos 10 metros de la aeronave. El piloto permaneció en su asiento por el lapso de 04 horas  10 minutos, hasta que fue  encontrado,  y  luego  socorrido  por  un  médico  y  trasladado  en  un  ambulancia  al  Hospital Regional, donde falleció poco después. 



La  demora  en  socorrer  a  los  sobrevivientes,  estuvo  originada  en  la  dificultad  para  ubicar los restos del avión, debido a que la posición en que se encontraba era muy alejada de la última posición informada por el piloto al operador de la Torre del aeropuerto de Río Gallegos.  Otros  factores  que  contribuyeron  a  dificultar  las  tareas  de  búsqueda  fueron  que  el  accidente  ocurrió  de  noche,  la  visibilidad  estaba  reducida  por  lloviznas  y  a  raíz  de  estas  condiciones  había    dificultad  para  desplazarse  por  el  terreno  y  no  era  factible  utilizar medios aéreos. 



Participaron en la búsqueda personal del Aeropuerto, Base Aérea Militar Río Gallegos, Defensa Civil, Policía de la Provincia de Santa Cruz, Escuela de Policía, Prefectura  Naval  Argentina,  Policía  Aeronáutica  Nacional,  Aeropuertos  Argentina  2000,  Servicios Sanitarios UDEM y del Servicio de Sanidad del Aeropuerto. Hasta aquí la parte más sustancial del informe de la JUNTA  DE  INVESTIGACIONES  DE  ACCIDENTES  DE  AVIACIÓN  CIVIL 



El vuelo tenía por objeto trasladar al buzo y su equipo para reparar un catamarán amarrado en el puerto Bajo de las Sombras. Con esta tragedia se fue la vida de tres reconocidas figuras en nuestro medio, cada una de ellas con sus características particulares. Hoy se cumplen exactamente 19 años de este hecho.